Maje: «Jamás planeé matar a mi marido, sólo encubrí el crimen»

«Soy una encubridora, pero no una asesina». Este fue el relato que Maje M. C. mantuvo ayer, contra viento y marea, ante el jurado. Lo hizo con contradicción entre sus declaraciones, algún titubeo, mucho «no me acuerdo», interpretaciones a su favor de pruebas en su contra y un tono tranquilo. La estrategia bajo la dirección de su defensa fue clarísima: la búsqueda de una posible condena por delito de encubrimiento que le llevaría a pasar, a lo sumo, tres años en prisión en lugar de los 22 que pide el fiscal del caso.

El acusador, Vicente Devesa, fue el primero en interrogar a Maje. Y ella arrancó con un tajante: «Jamás planifiqué acabar con la vida de Antonio». A continuación describió su relación con Salva. «Lo conocí en 2015 cuando fui enfermera en La Salud. Hubo buen rollo y luego amistad. Relación sentimental, en ocasiones muy puntuales y más por mis altibajos con Antonio».

Después de casarse con la víctima, mantuvo Maje, «nos distanciamos». En todo momento presentó al asesino confeso como su amigo y confidente, pero nada más. «Yo le hablaba de mis problemas con Antonio y el me apoyaba en todo, pero para nada estaba enamorada de él», insistió en varias ocasiones. ¿Por qué no se divorció de Antonio? «Me costaba. Fueron cinco años viviendo juntos» argumentó.

El fiscal hizo ver que las palabras de Maje en cartas que le escribió tras el crimen evidenciaban una relación amorosa. Pero Maje le dio la vuelta: «Yo lo quería. Era inestable, con vaivenes y montañas rusas y él lo sabía. Sí escribí esas cosas quizá fue por la intensidad del momento...».

La joven de 30 años negó haber deseado la muerte de su esposo. Ni ante Salva ni ante su otro amante Tomás. Al primero, negó haberle dicho que «ojalá se muera él». En el segundo, las palabras constan en una frase de chat en Telegram: «He pensado en acabar con su vida». De nuevo, matizaciones subjetivas ante una pesada evidencia: «Bueno, estaba cabreada y angustiada. Me mostré así porque estaba dolida, pero realmente no lo deseaba». Maje dibujo una relación turbulenta con su marido. Dijo haber encajado sin denuncia «un empujón y una bofetada» de Antonio. «Lo consentía porque yo no estaba haciendo las cosas bien». Una frase a años luz de lo que las víctimas reclaman: que el maltrato no tiene justificación alguna.

Maje también sacó respuestas ante las acusaciones de ser la ideóloga y facilitadora del asesinato. «Yo fui una mujer infiel, inestable sentimentalmente, pero no planeé el asesinato». A este respecto, «Salva tenía las llaves de mi casa, del garaje y de mi coche porque era mi amigo».

También se le preguntó por el encuentro con Salva el mismo día del crimen en un piso de la hermana de Maje. «Me dijo que tenía algo que contarme. Que se había peleado con Antonio, que habló mal de mí y que le dio un mal golpe. Me puse a llorar y no me creía que Salva hubiera hecho algo así».Todas las partes y las acusaciones incidieron en la misma clave: ¿por qué entonces no lo reveló a la policía». En sucesivas explicaciones, Maje se defendió así: «Me asusté. Tuve miedo y me acobardé. No por temor a Salva, que no es violento, sino por la situación. Pensé en mí, en que acabaría implicada y decidí ocultarlo incluso a mi familia».

En declaraciones anteriores, la viuda sostuvo que sabía que el 16 de agosto Salva le iba a dar «un susto» a su marido y que por eso no durmió en casa y le dio las llaves e información relevante. Ayer lo negó y aludió a «presiones policiales» sin presencia de su abogada para que admitiera su papel planificador en el asesinato. Las preguntas de su abogado, Javier Boix, sirvieron para presentar a una Maje autosuficiente que no buscaba beneficio económico y a un Salva celoso que declaró contra ella sólo cuando Maje dejó de responder a sus cartas. La viuda finalizó así: «Me arrepiento de no haber denunciado a Salva. Pensé en mí y no en la justicia, en hacer honor a Antonio».

«Nos sentamos en el sofá, iba peinado, totalmente depilado, con ropa nueva, y le pregunté: ¿Qué pasa? 'He estado esta mañana con Antonio y nos hemos peleado. Él ha empezado a hablar mal de ti, le he dicho que tú no mereces esto y le he dado un mal golpe. Antonio está muerto. He acabado con su vida'», ha explicado Maje citando a Salva y ha recordado que se quedó en «shock».

Acerca de por qué, si estaba en «shock», mantuvo comunicaciones frívolas con otro amante por mensajes de móvil, constatadas en el juicio, coincidiendo con las horas de ese encuentro, ha recordado que fueron anteriores al momento en que recibió la noticia, una afirmación que, como las anteriores, no coincide con lo afirmado por el otro acusado.

Para explicar por qué no denunció a Salvador inmediatamente después de, según su versión, haber conocido el asesinato, ha señalado: «Me dio miedo, me asusté», aunque «no tenía miedo a Salvador, pero sí a la situación», ha argumentado Maje. «Quería pasar página, tenía que olvidar esto», ha señalado. Y a la pregunta del fiscal de por qué, sabiendo que Salva había matado a su marido, reanudó la relación con él, ha respondido: «Porque seguía teniendo afecto hacia él».

En cuanto a por qué aceptó, en septiembre, poco después de cometido el crimen, un móvil de Salvador, ha negado que fuera para que ambos hablaran entre sí y lo ha justificado así: «Él tenía varios terminales, me lo dio para que tuviera más datos de comunicación».

«Le encubrí, pero nunca he planificado nada», ha insistido antes de declarar: «Llegó un momento» en que, como nunca estuvo enamorada de Salvador, e «independientemente del cariño, no podía seguir con la persona que había matado a mi marido y puse fin a la relación, no contesté más a sus cartas».

A preguntas de su defensa, Maje ha explicado que su encuentro de noviembre en una cafetería valenciana con Salvador no obedeció a la busca de una coartada, sino a la decepción de éste por sus encuentros con otra persona. «Fui egoísta, y como Salva ya me lo había contado, me vi envuelta en esa situación, pensé en mí», ha respondido cuando el jurado le ha preguntado por qué no denunció a Salva. Ambos procesados han terminado sus declaraciones manifestando arrepentimiento.