Salva: «Maje me pidió que acabara con la vida de Antonio»

Jaque mate. El dilema era si la partida de ajedrez quedaba sentenciada con las declaraciones de Maje y Salva, los dos procesados por el asesinato del marido de ella, o habría que esperar a los alegatos finales de las cuatro partes. Pero la reina del tablero se quedó ayer sin peones que la defiendan en el juicio. Su último lacayo o «caballero andante», como definió al asesino confeso su abogada, incriminó a la viuda todavía más al declarar que ambos planificaron el crimen después de que ella le pidiera que matara a Antonio.

Tras asegurar que ella le dio una copia de la llave del garaje, eligió el día del crimen en dos ocasiones, con un primer intento frustrado, y le dijo también los horarios de su marido y cuándo cogía el coche, Salva afirmó que acuchilló por sorpresa a Antonio el 16 de agosto de 2017.

«Quedamos que lo haría la mañana del 16 de agosto y que me mandaría un wasap diciéndome si Antonio aparcaba en el garaje. Ese wasap lo borré para no dejar pistas. Yo pretendía encontrarlo a través de la copia de seguridad de mi ordenador, pero la policía no pudo recuperarlo», explicó Salva. Según el acusado, su compañera de trabajo y amante le hizo creer que Antonio la maltrataba psicológicamente y él pensó incluso que su vida podría correr riesgo. «Yo estaba enamorado de ella y continuamente me decía los maltratos psicológicos que sufría. En los medios se oyen que mujeres sin denuncias previas mueren a manos de sus parejas», manifestó el acusado. «Yo temía por su vida. No sé cómo acepté (matar a Antonio). Insistió lo suficiente como para convencerme. Me dijo que mientras estuviera Antonio, ella y yo no podríamos estar juntos», añadió con un tono de voz bajo y pausado. Salva señaló que ella le comentó: «No quiero que falles». Con respecto a la fecha del asesinato, el procesado aseguró que Maje tenía previsto realizar un viaje con su marido en septiembre, y que tenían que cometer el crimen antes porque ella no quería irse con Antonio.

Cuando el fiscal le preguntó cómo mató a la víctima, el acusado contestó con la voz entrecortada y entre sollozos que no podía seguir declarando y que prefería no responder, aunque momentos antes había dicho en referencia al acuchillamiento que fue de cara y sucedió «todo muy rápido, no me acuerdo, llevo estos últimos años intentando olvidarlo».

«Luego me fui a mi trastero, me cambié de ropa, escondí el arma, preparé la comida a mi hija y fui a ver a Maje porque me mandó un mensaje para quedar. Quería que le contase», agregó el acusado. Esa misma mañana ambos acordaron que él cambiaría su estado de WhatsApp para que ella supiera que había cometido el crimen.

Tras decidir que era mejor no verse hasta pasado un tiempo, siguieron la relación, aunque con encuentros más esporádicos, y en noviembre Salva se enteró de que la policía investigaba a su amante. «Le prometí que la exculparía de todo», declaró. Días después fueron detenidos por la policía, y Salva cumplió su palabra al asumir la autoría y planificación del asesinato cuando fue interrogado por el juez.

También afirmó que cambió su declaración diez meses después, porque su hija le pidió que dijera la verdad en una de las visitas que recibió en prisión, y volvió a llorar en ese momento tras recordar que llevaba un año sin verla. El fiscal Vicente Devesa y la abogada Patricia Cogollos, que ejerce la acusación particular, leyeron varias frases de cartas de amor que Maje y Salva se enviaron antes y después de ser detenidos e ingresar en prisión. El acusado reconoció que mintió en algunas de las misivas para proteger a su amante. «En las cartas le decía que iba a seguir autoinculpándome y que no se preocupara porque yo lo negaría dijeran lo que dijeran», señaló el acusado. Las últimas palabras de su declaración fueron para mostrar su arrepentimiento. «Quisiera pedir perdón a la familia de Antonio y a mi familia», dijo Salva otra vez con la voz rota por su llanto.