El plan criminal ideado por Maje y Salva, la investigación policial y las escuchas telefónicas han centrado esta mañana la declaración, en el juicio por el asesinato de Patraix, de la inspectora Esther Maldonado, jefa del Grupo de Homicidios que detuvo a los presuntos asesinos del ingeniero Antonio Navarro. Como ya hizo el miércoles el fiscal Vicente Devesa, la responsable del grupo de policías que resolvió el caso ha señalado también a la acusada como la autora intelectual del crimen.
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Los dos acusados han llegado sobre las 10:15 horas a la sala Tirant lo Blanch, pero un problema con el sistema de grabación ha retrasado media hora el inicio de la segunda sesión del juicio. La inspectora ha comenzado a declarar con mascarilla y ha contestado primero a las preguntas del fiscal. Maldonado ha realizado un relato pormenorizado de toda la investigación, con varias menciones a los amantes de Maje, para explicar cómo obtuvieron las pruebas que incriminan a los dos procesados tras las escuchas telefónicas autorizadas por un juez.
El asesinato tuvo lugar el 16 de agosto de 2017 en un garaje del barrio de Patraix. Desde el primer día, la viuda se convirtió en la principal sospechosa del crimen al ocultar a la policía que tenía un amante y declarar que su marido podría haberse enfrentado a un ladrón en el garaje porque, según ella, era un hombre muy impulsivo. Sin embargo, los familiares y amigos de Antonio lo definieron como una persona que solía actuar con cautela.
Tras el acuchillamiento mortal, la policía descartó el robo como móvil del asesinato y pidió al juez la intervención del teléfono de Maje para investigarla. La joven recibía llamadas de amistades y contestaba de forma compungida y desconsolada, pero acto seguido mostraba su alegría en otra conversación con una amiga tras confesarle que la muerte de Antonio había sido «una liberación» para ella.
Pasaban los días y las escuchas telefónicas no ayudaban a avanzar en las investigaciones, pero Salva llamó a la viuda para pedirle explicaciones al descubrir la existencia de otro hombre en la vida de su querida. El auxiliar de enfermería había descubierto que formaba parte de un trío amoroso. Estaba celoso y habló del crimen con Maje.
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Días después, el Grupo de Homicidios averiguó que la viuda utilizaba otro móvil que le había dado Salva ante la sospecha de que sus comunicaciones eran escuchadas, por lo que la policía solicitó también la intervención de esta línea telefónica y logró más pruebas.
El 28 de diciembre de 2017, la pareja mantuvo otra conversación sospechosa después de que el hermano de Antonio le comentara a Maje que la policía le había dicho que estaba a punto de detener al asesino. Era un ardid de los investigadores para instigar a la viuda a hablar otra vez con su amante sobre el crimen. Y Maje cayó en la trampa y quedó con Salva en una cafetería cercana a una residencia geriátrica de Torrent, donde la enfermera trabajaba algunos días. La policía logró grabar parte de la conversación en la que los acusados preparaban sus declaraciones en el caso de que los interrogaran o detuvieran por el asesinato, como sucedió pocos días después, concretamente el 10 de enero de 2018.
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Tras ser interrogada, «la viuda reconoció que había concertado con Salva la muerte de su marido», según la inspectora aunque luego Maje matizó que ella pensaba que su amante sólo iba a darle un susto. Maldonado también ha señalado que no tiene constancia de que la acusada le reprochara a Salva que hubiera matado a su esposo tras analizar las conversaciones que mantuvieron a través de WhatsApp y por teléfono.
Respecto a la forma en la que el asesino confeso asegura que mató a Antonio, la inspectora ha manifestado que se contradice con el informe de los forenses, pero luego ha precisado que Salva colaboró tras su detención y dijo dónde estaba el cuchillo. También ha dicho que Maje «ridiculizó a Antonio en una conversación telefónica con su madre al compararlo sexualmente con José Antonio», uno de los amantes de la acusada.
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El abogado de Maje ha preguntado a Maldonado sobre algunas cuestiones del presunto móvil económico y el motivo de la restricción de algunos de los derechos de la viuda cuando fue arrestada, ya que estuvo incomunicada seis horas y no pudo entrevistarse con su abogada antes de que la policía la interrogara. El letrado Javier Boix también ha preguntado a la inspectora si insinuó a Maje que le convenía declararse culpable, y la testigo ha contestado: «No, para nada».
El segundo policía que ha declarado esta mañana, un subinspector del Grupo de Homicidios, ha explicado los cambios de comportamiento de la acusada según la persona con la que hablaba por teléfono. «Con sus amigos de Novelda y familia se mostraba muy compungida, pero con su amiga Rocío se comportaba muy diferente», afirmó el policía en referencia a los comentarios que realizaba la viuda sobre sus relaciones sexuales.
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El abogado de Maje ha preguntado al subinspector si había indicado alguna vez a alguno de los testigos lo que tenía que declarar, y el testigo ha contestado con una negativa. Durante las declaraciones de los policías, la acusada ha mirado varias veces a los testigos y a los miembros del jurado. También ha comentado con su abogada algunos pormenores. La actitud de Salva ha sido parecida, aunque él ha permanecido más tiempo cabizbajo.
Maje se ha mostrado nerviosa cuando uno de los policías y un guardia civil han explicado cómo hallaron el cadáver con heridas de arma blanca en el pecho en el garaje del barrio de Patraix.
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Javier Boix ha salido de la sala a las 13.41 horas, cuando todavía faltaban por declarar varios testigos, y se ha despedido de Maje cuando ha pasado por detrás de ella con un gesto de ánimo al ponerle las manos sobre sus hombros.
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Otro inspector del Grupo de Homicidios ha manifestado que tuvo que llamar la atención a la viuda cuando le tomó declaración un día después del asesinato, porque estaba enviando mensajes con la aplicación de WhatsApp mientras el policía le preguntaba.
Dos guardias civiles del cuartel de Patraix han sido los últimos testigos interrogados por el fiscal. Los agentes han señalado que acudieron al garaje tras ser avisados por un vecino. Cuando vieron el cadáver, uno de los agentes volvió al cuartel para llamar a la policía y al SAMU, que certificó el fallecimiento de la víctima, y el otro se quedó en el lugar para que nadie se acercara al cuerpo.
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Juicio a Maje y Salva
Javier Martínez
Juan Antonio Marrahí
Irene Marsilla
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