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Martes, 15 de diciembre 2020, 11:50
La Policía Nacional acaba de desarticular en Alicante una organización criminal altamente especializada en robos con fuerza en el interior de domicilio, y que se desplazaban por toda la provincia para cometer estos delitos mediante el método del hilo de pegamento para marcar las puertas de las viviendas. Este era su modo de operar:
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La organización delictiva estaba muy organizada y estructurada en diferentes niveles. Por una parte, se encontraban los encargados de localizar las viviendas que posteriormente serían violentadas. Para ello, recorrían las diferentes localidades de la provincia y de madrugada marcaban con hilos de pegamento las puertas de edificios enteros, con el fin de conocer al día siguiente si en estas casas se encontraban sus moradores en el interior o si por el contrario habían salido a trabajar.
Posteriormente, otros integrantes de la banda recorrían los edificios marcados y eran los encargados de entrar en las casas para robar. Estos últimos eran expertos en el manejo de ganzúas y otras herramientas especificas para forzar los bombines o cerraduras de las puertas de acceso a los domicilios. En muchas de estas viviendas los propietarios no se percataban del robo hasta el momento de ir a buscar las joyas u objetos de valor del lugar donde las tenían guardadas.
El método de marcar las viviendas es muy utilizado por bandas de ladrones en toda España. La hora elegida para marcar suele ser por las mañanas, que es cuando los moradores están fuera realizando gestiones. Durante las vacaciones, los ladrones actúan por la tarde-noche.
Los miembros de estas bandas suben a la última planta del edificio y desde ahí van marcando los pisos que son susceptibles de ser asaltados. Para ello, colocan una serie de marcas o testigos que son casi imperceptibles. Unas pequeñas tiras de plástico transparente o, un finísimo hilo de pegamento, que suelen ponerse en la parte donde se unen las puertas con los marcos.
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Cuando una persona entra en su casa, estas marcas caen al suelo o se rompe el hilo sin que su propietario se dé cuenta. Pasados tres o cuatro días, los ladrones vuelven al bloque para cometer los robos. Si el testigo no está, dejan de lado esas casas y, si sigue tal y como lo dejaron, saben que la vivienda no ha estado habitada esos días, por lo que entran en ella forzando la cerradura y trabajan con la tranquilidad de saber que sus dueños están fuera.
Preferentemente, los ladrones actúan en los pisos más altos de las fincas, ya que en ellos el tránsito de vecinos es menor. Eligen viviendas con cerraduras antiguas y fáciles de abrir.
El consejo de la Policía Nacional es claro: ante cualquier sospecha, no entrar en la vivienda y llamar a los agentes. De esta forma la Policía dispondrá de detalles y podrá revisar si existe alguna marca o distintivo que haga aumentar la alerta.
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