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s. zamora
Jueves, 12 de diciembre 2019
La consternación que ha provocado su muerte solo puede compararse con la admiración que despertaba en Escocia, ahora sumida en una profunda tristeza. A sus 14 años, Jack Burns tenía por delante una carrera prometedora. Muchos ya veían en este prodigio del ballet un nuevo Billy Elliot. Como en la película que dirigió Stephen Daldry, que contaba la vida de un joven (hijo de una familia de mineros escoceses) que entrega su vida al baile en contra de la voluntad de su padre, Burns llamaba la atención por su talento extraordinario para la danza.
Su repentino fallecimiento el pasado 1 de diciembre, aunque se ha conocido ahora, ha pillado a todos por sorpresa. Nadie se explica qué ha podido ocurrir para que un chico con un futuro tan halagüeño por delante y con una vitalidad tan desbordante acabara así. Por el momento, la policía investiga las causas de su muerte y las circunstancias que han podido influir en tan fatal desenlace, pero, según adelanta el diario británico 'Metro', por el momento no han encontrado nada irregular. Fue encontrado sin vida en su casa de Greenock, en el condado de Inverclyde (al oeste de Escocia), donde vivía junto a su familia. Nada hace sospechar que haya sido una muerte violenta.
Los investigadores tratan de dar con alguna prueba que arroje algo de luz a lo sucedido, aunque de momento no han dado con nada esclarecedor. ¿Qué ha podido ocurrir entonces? Es la pregunta que todos se hacen ahora, porque pese a la dureza de los ensayos, el esfuerzo físico y la disciplina casi cuartelaria de los entrenamientos, Burns era un chico aparentemente sano. «Nunca adoleció de enfermedades ni se quejaba de nada», aseguran sus allegados.
Escocia, y todo Reino Unido, llora así la muerte de un adolescente que se hizo muy popular tras aparecer en series como 'Represalias' (su título original es 'One of Us') y en 'Detective Muncie' ('In Plain Sight'). Sin embargo, fue 'Outlander', una producción de Netflix basada en los libros del mismo nombre y escritos por la estadounidense Diana Gabaldon, la que le dio la fama junto a su hermano, el actor Rory Burns. Su enorme popularidad como actor nunca le apartó de su verdadera pasión, el ballet.
Un alumno muy querido
Jack desarrolló su potencial en la Elite Academy of Dance después de que, con solo nueve años, lograra una plaza en la prestigiosa Escuela de Ballet de Glasgow. Allí no se creen aún que su mejor alumno y, sin duda, uno de los más queridos ya no vuelva a estar entre ellos. «Desolados y con una profunda tristeza, escribimos este post. Por desgracia, hemos perdido a nuestro querido estudiante Jack Burns, una auténtica inspiración para todos en Elite. Supo como nadie tocar los corazones de todos los que tuvieron el placer de trabajar y bailar con él desde que ingresó en esta institución en 2012. Nosotros y todos los familiares y amigos de Jack estamos completamente devastados. No hay palabras. Tampoco encontramos respuestas a lo sucedido ni consuelo para tanto dolor», reconocían en un emotivo texto colgado en la cuenta de Facebook de la academia.
Los mensajes de condolencia por parte de las instituciones en las que estudiaba o trabajaba el joven bailarín no han dejado de sucederse desde que se conoció la noticia hace 48 horas. La Academia de Artes Escénicas de la Escuela de Teatro del Reino Unido transmitió todo su apoyo a la familia a través de un comunicado en Instagram, que también expresaba el agradecimiento de los familiares de Burns por todas las muestras de cariño recibidas.
Conscientes del dolor que atraviesa la familia, la escuela ha puesto en marcha una iniciativa que pretende ser un homenaje al bailarín. Durante estas próximas semanas, todos los alumnos de las escuelas de ballet donde estudiaba Jack llevarán durante los ensayos las sudaderas con capucha del grupo juvenil al que pertenecía el adolescente. Una idea que quieren hacer extensiva al resto del Reino Unido para recordar al estudiante.
El joven, que fue enterrado ayer por la mañana en una abarrotada iglesia de St Mary's, en Greenock, fue recordado por sus profesores como una inspiración, «porque, además de ser un prodigio para el baile, también demostraba grandes habilidades cuando jugaba al fútbol y al rugby», aseguran los docentes. «Jack era un niño increíble y no merecía lo que le ha pasado. Nunca se metía en líos. Era un niño maravilloso; no había un hueso malo en su cuerpo. Estoy destrozado con su pérdida. Burns significó mucho para mí. Junto a otras muchas personas, le echaremos de menos. Ha dejado un vacío que será difícil de llenar», escribió uno de sus mejores amigos en Facebook.
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