REDACCIÓN/EP
Alicante
Martes, 14 de enero 2020, 19:43
Dos fontaneros de 38 y 59 años de edad fallecieron en la tarde de este martes en la localidad alicantina de Castalla al quedar atrapados en la fosa séptica en la que trabajaban después de que una válvula reventara. Las víctimas quedaron inconscientes como consecuencia de los gases tóxicos que inhalaron y fallecieron poco después.
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Según informaron fuentes del Centro de Información y Coordinación de Urgencias (CICU) y fuentes del Consorcio Provincial de Bomberos de Alicante, el accidente laboral se registró sobre las cinco de la tarde en la urbanización Castalla Internacional.
Los dos trabajadores estaban dentro de un colector de la urbanización, y la válvula que corta la entrada de agua se rompió en circunstancias que no han trascendido. Hasta el lugar se desplazaron con urgencia un equipo de salvamento del parque de bomberos de Ibi, que no pudo hacer nada para salvar a las víctimas, y una ambulancia del Servicio de Ayuda Médica Urgente (SAMU). También acudieron dos patrullas de la Guardia Civil, cuerpo que se hizo cargo de las investigaciones para determinar las causas de este trágico accidente laboral. Tras ser rescatados por los bomberos, los dos cadáveres fueron trasladados al Instituto de Medicina Legal de Alicante para practicarles las correspondientes autopsias.
Las mismas fuentes del Centro de Información y Coordinación de Urgencias precisaron que las muertes se produjeron por inhalación de gases. Un médico del SAMU certificó los dos fallecimientos.
Otro accidente similar se cobró la vida de otros dos trabajadores el 11 de octubre de 2005 en un centro comercial de Valencia. Dos trabajadores murieron entonces tras inhalar los gases tóxicos que se acumulaban en una fosa séptica. El habitáculo se encontraba en el primer sótano del edificio. Una de las víctimas era operario de mantenimiento y falleció cuando se disponía a limpiar el pozo de unos seis metros cuadrados y tres de profundidad. La otra persona fallecida, un vigilante de seguridad, acudió en ayuda del trabajador.
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Otro hombre de 37 años murió al inhalar gases tóxicos cuando reparaba una bomba de agua en un pozo en su casa de campo de Daimés, pedanía del municipio alicantino de Elche. Los hechos ocurrieron el 16 de agosto de 2005. La madre del fallecido dio la voz de alarma al echar de menos a su hijo.
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