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Salió de noche para pasar un rato con sus amigos. Cuando regresó a su casa en Catarroja se encontró a toda su familia muerta. Es la amarga realidad que hoy trata de afrontar Timea, una joven abogada de 25 años. El ya tantas veces traicionero monóxido de carbono, generado por la mala combustión de una caldera, ha acabado con la vida de sus padres. Las víctimas son un matrimonio de 56 y 45 años, y su hijo Oti, de 20.
La tragedia se gestó poco antes de las dos de la madrugada, cuando las víctimas ya descansaban en sus respectivos cuartos y Timea regresó a su hogar, en una céntrica plaza del municipio de l'Horta. Al abrir la puerta y adentrarse unos metros en la vivienda se topó de bruces con la desgracia. La madre, Krisztina, se hallaba en el suelo de la cocina. El padre, Vasile, estaba tumbado en la cama. Su hermano Oti, parcialmente acostado en su dormitorio. El perro de la familia se encontraba en un cuarto de baño y el gato, en el suelo. Ninguno de los familiares de la joven respondía. Como se comprobó cuando llegaron los equipos de emergencia, estaban ya sin vida.
Angustiada por la escena, Timea telefoneó al retén de la Policía Local de Catarroja en busca de ayuda. En pocos minutos la primera patrulla se presentó en la casa. Como explicó el alcalde del municipio, Jesús Monzó, al llegar la Policía Local y los bomberos comprobaron que el edificio no gozaba de suministro de gas ciudad. Tampoco olía a gas, por lo que la posibilidad de una fuga, cuyo riesgo es la deflagración, quedó descartada casi al instante. La prioridad fue abrir puertas y ventanas para ventilar la vivienda. Un agente se intoxicó ligeramente con el monóxido de carbono y se mareó, pero no precisó asistencia sanitaria.
La hipótesis de una mala combustión de una caldera se confirmó con las mediciones de los bomberos del Consorcio Provincial de Valencia. Al parecer, el fallo procedía de un aparato alimentado por gas butano que no estaba en un punto ventilado de la casa, como se aconseja precisamente para evitar este tipo de siniestros.
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A diferencia de lo que sucede con una fuga de gas, la expansión del monóxido procedente de la mala combustión de la llama no genera olor. La familia no pudo detectar que había un problema y estaba en peligro. El monóxido de carbono, al ser inhalado de manera prolongada, genera un debilitamiento corporal generalizado, vómitos y mareos hasta causar la muerte.
El peligro todavía es mayor en épocas de frío, cuando las ventanas o puertas están cerradas. En estas condiciones, el monóxido alcanza niveles más elevados de concentración, como sucedió en el caso de Catarroja, y su letalidad crece. Es el gas culpable de la conocida popularmente como 'muerte dulce'. Tras el levantamiento de los cadáveres, el caso quedó ya en manos del equipo de Policía Judicial de la Guardia Civil de Alfafar. La razón técnica exacta del problema es todavía objeto de la investigación judicial.
Los fallecidos integraban una familia que llevaba al menos dos décadas asentada en el pueblo. Habían adquirido tiempo atrás el piso donde residían y crecieron sus hijos, un cuarto piso en la concurrida plaza. Todos sus vecinos y conocidos coinciden: «Eran «muy queridos, unas excelentes personas». Vasile trabajaba como mecánico en la empresa de un polígono industrial y su mujer realizaba tareas de limpieza en un colegio. Según los vecinos, Oti había iniciado recientemente los estudios universitarios de Recursos Humanos y Timea ejerce como abogada tras completar con éxito sus estudios de Derecho. «Eran muy buenas personas. Luchadores, trabajadores, volcados con cualquiera que les necesitara. No se merecían algo tan terrible», lamentó entre lágrimas Claudia, una amiga de las tres víctimas.
Sobre la una de la tarde, técnicos del gas acudieron a la vivienda para revisar la instalación de la caldera y aportar así más datos a la investigación. También se acercó a la casa Timea, la hija mayor de la familia, quien se topó con un despliegue de medios de comunicación y vecinos consternados junto al patio de su edificio. Este diario trató de conocer su versión de los hechos o información sobre la posible causa, pero la joven estaba muy afectada y ni siquiera articuló palabra. Como expresó después a este diario, no desea realizar ninguna valoración ni declaración pública.
@BombersValencia han actuat a 1 habitatge a Catarroja on una possible intoxicació per monòxid de carboni ha causat la mort de 3 persones. Els bombers amb equips de detecció de gasos han realitzat els mesuraments corresponents i han ventilat la casa. 2 mascotes també han mort pic.twitter.com/UsOYDTEsqY
Bombers Consorci VLC (@BombersValencia) November 27, 2021
El caso pone otra vez de relieve la importancia de la prevención. La clave para evitar el letal riesgo del monóxido es una buena ventilación. Es preferible que los sistemas de calefacción que funcionan con combustión de gas estén instalados en un punto exterior de la casa, preferiblemente en galerías, o dispongan de un conducto de ventilación tipo chimenea para abocar gases peligrosos fuera del hogar en el caso de que se produzcan.
La segunda recomendación esencial es que la instalación del aparato la realice un profesional y, adicionalmente, someter el sistema calefactor a revisiones periódicas para certificar su correcto funcionamiento.
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