Una trampa mortal para sapos. Así lo calificaban los ecologistas que grabaron la escena y lo publicaron en sus redes. Hasta 25 ejemplares murieron electrocutados. La causa: las bandas que instaló un ganadero en el cerco de su finca. Le ha costado cinco mil quinientos euros de multa: cien euros por cada uno de los sapos y tres mil más por infringir la Ley de Patrimonio Natural. "No sabía que eran animales de tanto valor", lamenta Albert Vilalta, el propietario sancionado. Una multa, asegura, desproporcionada. "No ha sido un acto voluntario; ha sido un accidente" defiende Raquel Serrat, Responsable de Mujeres y Medio Rural de la Unió de Pagessos. Además, ponen en duda la causa de la muerte de los anfibios. "Dudo que se les haya hecho una necropsia a cada uno de los sapos", apunta Serrat. Las bandas eléctricas se colocaron "para atorar las vacas, no para matar a las ranas", según el hijo del propietario. Los agricultores se han manifestado y en el pueblo ha generado polémica. El ganadero ha recurrido la sanción.-Redacción-
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