Los últimos análisis de ADN que ordenó realizar la jueza del caso Alcàsser no han aportado nuevas pruebas inculpatorias. El Servicio de Criminalística de la ... Guardia Civil ha analizado ya un total de 116 muestras recogidas en las inspecciones de los coches de Miguel Ricart y Antonio Anglés, pero no ha obtenido ningún dato de interés para los investigadores.
Publicidad
El Juzgado de Instrucción número 6 de Alzira ha recibido ya el primer informe con los resultados de los análisis, aunque quedan pendientes más pruebas de ADN solicitadas por una de las acusaciones populares. Como ya informó LAS PROVINCIAS, un equipo de especialistas de la Guardia Civil inspeccionó el coche de Miguel Ricart, el Opel Corsa utilizado para raptar y trasladar a las niñas de Alcàsser, con nuevas técnicas forenses para buscar vestigios biológicos de Míriam, Toñi y Desirée, las tres menores asesinadas el 13 de noviembre de 1992 en un paraje montañoso de Tous.
Los agentes del Equipo Central de Inspecciones Oculares (ECIO) del Servicio de Criminalística de la Guardia Civil también recogieron numerosas muestras de un Seat Ronda, otro de los vehículos utilizados por los asesinos, en cumplimiento de una providencia dictada por la jueza.
La Guardia Civil no halló en 1993 vestigios genéticos que sitúen a las menores en el Opel Corsa, por lo que la Asociación Laxshmi para la Lucha contra el Crimen y la Prevención solicitó una nueva inspección de los coches para buscar pruebas que permitirían enjuiciar con garantías al presunto asesino –en el caso de que estuviera vivo y fuera detenido antes de la prescripción del triple crimen– y arrojar luz sobre otras circunstancias que rodearon el caso.
Publicidad
El 28 de enero de 1993, los especialistas de la Guardia Civil recogieron 165 pelos en los dos vehículos, pero los biólogos solo pudieron extraer ADN de siete, según consta en el sumario, y ninguno de ellos era de las niñas asesinadas.
Segunda inspección
En la segunda inspección de los coches, que fue realizada en octubre del año pasado en el cuartel de Almussafes, la Guardia Civil encontró y recogió un total de 116 muestras. Los especialistas analizaron luego en el laboratorio siete pelos, un peine de 12 centímetros, cuatro envoltorios de caramelos, un fragmento de un envase de cartón, una moneda de una peseta acuñada en 1975, un pequeño trozo de tela con una macha de sangre y un envoltorio de chicle de melocotón de la marca 'Boomer', una marca muy vendida en los años 90.
Publicidad
Según el informe de la Guardia Civil, de algunos pelos no pudieron realizar pruebas genéticas por carecer de raíz, pero los especialistas del Departamento de Biología trataron de amplificar los identificadores de ADN de otras muestras con un resultado negativo. Una de ellas es un pelo de unos 18 centímetros de longitud con raíz telógena.
El objeto de estas nuevas diligencias de investigación es demostrar con pruebas genéticas que las niñas estuvieron en el Opel Corsa. Además, el criminólogo y perito Félix Ríos, presidente de Laxshmi, solicitó los análisis de medio centenar de pelos hallados en la escena del crimen –que fueron descartados en los años 90 por carecer de raíz o su deterioro– para tratar de extraer ADN y cotejarlo con los perfiles genéticos de tres amigos y dos hermanos de Antonio Anglés Martins, el fugitivo buscado como autor material del triple asesinato. Los cinco nombres de los sospechosos y sus códigos genéticos figuran en el sumario tras ser investigados durante la instrucción del caso, aunque la Guardia Civil descartó la implicación de los cinco individuos.
Publicidad
La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Valencia, que condenó a Ricart a 170 años de prisión, afirma en la sentencia que el procesado y Anglés pudieron actuar en compañía, «posiblemente de alguna otra persona más», cuando invitaron a las tres jóvenes a subir al Opel Corsa horas antes del triple asesinato, pero nunca se pudo demostrar la implicación de un tercer individuo.
Ríos reconoce el arduo trabajo de la Guardia Civil por extraer y analizar 116 muestras entre hisopos (95) y otros indicios (21), «aunque lamentablemente no hayan conseguido identificar con certeza manchas de sangre, fluidos o amplificar ADN, todo ello debido muy posiblemente a la acción de los rayos UV, ya que los vehículos llevaban mucho tiempo expuestos al sol sin protección alguna», afirma el escrito remitido la juzgado por el perito.
Publicidad
El perito judicial ha solicitado nuevas pruebas antropológicas para identificar con rigor científico los cadáveres de las tres víctimas y dos vértebras que no articulaban. Respecto a los pelos sin raíz hallados en el Opel Corsa, Ríos ha pedido su remisión al Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses para que los biólogos traten de extraer ADN. También ha solicitado a la jueza que autorice un segundo análisis, con técnicas de amplificación de ADN más modernas, de los recortes de tapicería que fueron extraídos de los vehículos en los años 90.
La sentencia del caso Alcàsser considera probado que las niñas subieron de forma voluntaria al Opel Corsa en una calle de Picassent donde hacían autostop mientras caminaban en dirección a la discoteca Coolor. Ricart conducía el coche y Anglés iba en el asiento del copiloto y le dijo que parase el vehículo cuando vio a las niñas.
En su primera declaración, el único condenado por el triple asesinato manifestó que no iban acompañados por ningún otro individuo, ni en el Opel Corsa ni en otro coche, cuando recogieron a las menores en Picassent.
También afirmó que Anglés se arrodilló en su asiento y golpeó con la culata de una pistola a Toñi, quien sufrió una herida sangrante en la boca, y propinó bofetadas a las otras dos niñas para que dejaran de protestar y gritar por no haberlas dejado en la puerta de la discoteca.
Aunque las menores permanecieron cerca de una hora y media retenidas dentro del vehículo y una de ellas sufrió una herida sangrante, los guardias civiles que examinaron el Opel Corsa dos meses después del rapto no hallaron ninguna evidencia genética que sitúe a las niñas en el coche.
En aquella inspección realizada el 28 de enero de 1993, un día después del hallazgo de los cadáveres, dos guardias civiles especialistas en dactiloscopia recogieron un centenar de pelos y muestras en el maletero, asientos, palanca de freno, tapizado y bandejas de las puertas. Los especialistas usaron un aspirador para buscar el mayor número de pelos, pero ninguno era de Míriam, Toñi o Desirée.
Suscríbete a Las Provincias: 3 meses por 1€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Rescatados ilesos dos montañeros tras pasar la noche a la intemperie en Gredos
El Norte de Castilla
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.