Crimen de Vilamarxant: La Guardia Civil encontró el cadáver del bebé tras seguir un reguero de sangre

Una mujer de 36 años, Cristina S. N., degolló este lunes con un cuchillo de cocina a su bebé de un año en la localidad de Vilamarxant y luego se arrojó al vacío desde la terraza de un edificio de tres plantas. La presunta parricida, que sobrevivió a la caída, dejó una nota en la vivienda con explicaciones sobre el móvil del horrendo crimen.

El trágico suceso ocurrió sobre las diez de la mañana. Varias patrullas de la Guardia Civil y la Policía Local de Vilamarxant acudieron con urgencia al lugar tras recibir el aviso de que una mujer se había lanzado a la calle desde un edificio situado junto al parque Sant Blai.

Cuando llegaron los primeros agentes, la vida de Cristina pendía de un hilo. Los guardias civiles auxiliaron primero a la mujer, sin saber el horror que les quedaba por descubrir, y poco después hallaron el cadáver del niño cuando subieron a la terraza para localizar el lugar desde donde se había tirado.

Tras inspeccionar el edificio, los agentes siguieron un reguero de sangre desde la casa hasta la azotea, donde encontraron el cuerpo del pequeño junto a un trastero. La presunta parricida no tiene antecedentes por maltrato ni tampoco en el sistema de violencia de género, según confirmaron fuentes policiales y jurídicas.

Un equipo del Servicio de Ayuda Médica Urgente (SAMU) asistió a la mujer, y tras estabilizarla debido a los graves traumatismos que presentaba, la intubaron y trasladaron en la ambulancia al Hospital Universitario y Politécnico La Fe, donde quedó ingresada «con pronóstico reservado», según fuentes médicas, y bajo custodia de dos guardias civiles.

La mujer acusada de degollar a su bebé fue confundida con otra vecina de Vilamarxant en los primeros momentos cuando era asistida por el médico del SAMU. El teléfono de emergencias 112 recibió a las 9:50 horas el primer aviso del trágico suceso.

Además del juez de guardia, el forense y los bomberos, un equipo del Servicio de Criminalística de la Guardia Civil de Valencia se desplazó también al lugar y realizó una minuciosa inspección en la azotea y la vivienda. Los agentes tomaron fotografías del cadáver, el reguero de sangre y el cuchillo utilizado para cometer el crimen.

El Equipo de Policía Judicial de la Guardia Civil de Llíria se hizo cargo de las primeras investigaciones con el apoyo de la Unidad Orgánica de Policía Judicial (UOPJ) de la Comandancia de Valencia. El cuerpo del pequeño fue trasladado al Instituto de Medicina Legal de Valencia para practicarle la autopsia.

El padre del bebé es un militar de 34 años que está destinado en el acuartelamiento de Marines. La pareja está empadronada en Vilamarxant desde 2017, según confirmaron fuentes municipales.

El crimen causó una gran conmoción en el pueblo. «Esto es inhumano. ¿Cómo matas a un bebé que no tiene culpa de nada?», manifestó una mujer con rabia y pena tras enterarse del crimen.

Algunos vecinos manifestaron que Cristina sufría depresiones desde que dio a luz al bebé y que incluso habría intentado suicidarse en dos ocasiones. La mujer tuvo que abandonar su anterior empleo, al parecer, para cuidar a su hijo, y llevaba una vida aparentemente normal en el pueblo.

El matrimonio llegó al pueblo hace cinco años, pero no tenía mucha relación con el vecindario. La mayoría no conocía a Cristina más allá de un «hola» o un «adiós». La calle estaba desierta el lunes por la mañana mientras los investigadores de la Guardia Civil inspeccionaban el edificio y hablaban con los testigos. El padre del bebé sufrió un choque emocional muy fuerte cuando un agente le informó que había encontrado el cuerpo sin vida del pequeño.

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