Una mujer encuentra a un niño de dos años que se había perdido y caminaba solo por la calle en Torrent

Un niño de dos años protagonizó un angustioso suceso con final feliz al deambular por varias calles de Torrent durante cerca de media hora mientras su bisabuela, el familiar que lo cuidaba ese día, dormía la siesta en su domicilio sin ser consciente de los peligros que podía correr su bisnieto.

Los hechos tuvieron lugar entre las tres y media y las cuatro de la tarde del pasado martes en el barrio Virgen de la Paloma. El teléfono de emergencias 112 recibió una llamada de un vecino que informaba de que una mujer había encontrado a un niño de corta edad, vestido con un pantalón corto y sin camiseta, que estaba solo en la calle Toledo.

Una patrulla de la Policía Local de Torrent se desplazó al lugar, se hizo cargo del pequeño y realizó las primeras averiguaciones para buscar a los padres del menor. La mujer que lo había encontrado en la calle ya se había marchado tras pedirle a otra vecina que cuidara al niño mientras esperaba la llegada de la Policía.

Ninguna de las personas que estaban en el lugar conocían a los padres del pequeño, por lo que los policías pidieron apoyo para buscar a familiares del niño. Tres agentes motorizados de la Policía Local y dos patrullas de la Policía Nacional acudieron al barrio y realizaron una batida por la zona.

Con los pocos datos que tenían del niño, su nombre y su descripción, una decena de policías preguntaron a los vecinos que veían por la calle si sabían dónde podría vivir el pequeño o si habían visto a alguna madre en actitud nerviosa. Buscaron a los familiares del pequeño en un parque cercano y el colegio Nuestra Señora de Monte-Sión, pero no los localizaron.

Mientras tanto, una policía local cuidaba al niño y le hacía carantoñas para tranquilizarlo y distraerlo. Como no encontraron a los padres del menor, los agentes decidieron trasladarlo a la comisaría en un coche patrulla de la Policía Nacional.

Pero el pequeño empezó a hacer pucheros, por lo que la policía siguió haciéndole gestos cariñosos y lo cogió en brazos para que dejara de lloriquear. Tras las palabras tranquilizadoras que escuchó, el niño se quedó dormido durante el traslado en el vehículo de la Policía Local.

Cuando llegaron a la comisaría de la Policía Nacional de Torrent, la agente volvió a cogerlo en brazos y lo sacó del coche patrulla con sumo cuidado para que no se despertara. Durante el tiempo que estuvo en las dependencias policiales, el niño solo quería estar en compañía de Raquel, la policía local que se convirtió en su ángel de la guarda.

Cualquier intento de otro policía de agradar al pequeño era como una amenaza de llanto, por lo que la agente se sentó en una silla y arrulló al menor. La tierna escena no pasó desapercibida en la comisaría, y fue comentada con admiración en la Unidad de Atención a la Familia y Mujer (UFAM), donde comparecieron los policías para realizar y firmar las diligencias.

Pocos minutos después, la bisabuela del niño entró en las dependencias policiales para recoger a su bisnieto tras ser localizada por otro de los policías locales que intervinieron en el servicio humanitario. La mujer alegó que se había quedado dormida mientras el pequeño jugaba con otros menores en el domicilio, y por ese motivo no lo había echado de menos. La madre del niño le había pedido que lo cuidara esa tarde mientras ella visitaba a un familiar en un centro penitenciario.

El final feliz del suceso no estuvo reñido con el desasosiego posterior de los familiares del pequeño cuando se enteraron de los preocupantes hechos. Las calles que atravesó el niño durante el tiempo que estuvo perdido apenas tienen tráfico de vehículos, por lo que el riesgo de atropello no fue serio a pesar de su corta edad.

 

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