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La acusada junto a su abogado poco antes de que comenzara el juicio. Irene Marsilla

Una mujer que mató de 50 martillazos a un amigo en Bétera se enfrenta a una pena de 20 años de prisión

El abogado de la acusada sostiene que golpeó al hombre en defensa legítima para evitar que la agrediera sexualmente

Javier Martínez

Valencia

Martes, 4 de marzo 2025, 14:09

Un tribunal popular comenzó a juzgar este martes en la Ciudad de la Justicia de Valencia a Begoña C. G. por matar a un amigo al propinarle 50 martillazos en la cabeza, el 22 de diciembre de 2021, en una vivienda de la localidad valenciana de Bétera.

El fiscal y la acusación particular piden 20 años de cárcel para la encausada, mientras que la defensa solicita su absolución o la pena mínima al considerar que agredió y mató a Paco Sorlí «en legítima defensa» y tras sufrir «un miedo insuperable».

El jurado deberá decidir si la mujer atacó de manera repentina y por sorpresa a la víctima, sin posibilidad de que pudiera defenderse, y le golpeó 50 veces con un martillo de carpintero (de cabeza metálica y mango de madera) hasta causarle la muerte.

La acusación particular considera que los hechos son constitutivos de un delito de asesinato con los agravantes de ensañamiento y alevosía. Según la abogada que representa a los hermanos de la víctima, la agresión se produjo cuando el hombre estaba en el suelo o sentado y por este motivo sufrió la mayor parte de los golpes en la parte superior de la cabeza.

Los miembros del jurado popular también tienen que determinar si la víctima, de 64 años de edad y con problemas de movilidad, tenía una relación de amistad con la encausada y ambos mantenían un trato cordial y frecuente, por lo que el hombre acudió el 22 de diciembre de 2021 sobre las 9:50 horas de la mañana al domicilio en Bétera de la mujer procesada.

El juicio comenzó con las conclusiones iniciales de las dos acusaciones y la defensa con versiones muy diferentes. El abogado Santiago Arteche, que defiende a la inculpada, manifestó que la mujer actuó en defensa legítima tras sufrir un intento de violación, y que el hombre agredió primero a Begoña al clavarle un cuchillo en una mano y golpearla con una muleta.

Arteche también sostiene que el arma blanca que habría llevado a la casa y esgrimido, presuntamente, el vecino de Bétera fue encontrada cuatro meses después del crimen bajo la cortina de una habitación tras insistir la defensa en la búsqueda del cuchillo.

Sin embargo, el fiscal afirma que el móvil del crimen no se ha esclarecido y quizás nunca se averiguará, pero atribuye a la encausada la autoría de un delito de homicidio «de una persona vulnerable por su discapacidad física con los agravantes de abuso de superioridad y de lugar de perpetración».

Con respecto al cuchillo, el representante del Ministerio Público asegura que fue ella quien lo cogió de la cocina y lo manchó de sangre de la víctima antes de dejarlo en el suelo bajo la cortina, y que también colocó una bolsa de basura en la cabeza del hombre.

Y el comportamiento de la acusada, que no quería dejar entrar a los guardias civiles en su casa tras el crimen, no correspondía al de una mujer que habría sido víctima de un intento de agresión sexual, según la acusación particular.

Un vecino de Bétera, que fue el primer testigo en declarar en el juicio, manifestó que escuchó golpes y gritos de una persona que decía: «¡No me pegues más!, ¡no me pegue más!». El hombre aseguró que no llamó a la Policía, porque creía que la voz era del hijo de la acusada y que se trataba de una discusión entre el menor y su madre.

Otro vecino que reside en la misma calle que sucedieron los hechos declaró que llamó a la Policía Local de Bétera aquella mañana tras escuchar unos lloriqueos que procedían de la vivienda de la inculpada.

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