El atestado policial afirma que Nacho Vidal dirigió el ritual del sapo bufo con desprecio a la vida

La vida del fotógrafo de moda José Luis Abad «estuvo en riesgo objetivo desde antes de celebrar el ritual» de veneno del sapo bufo en Enguera, y las tres personas detenidas por su muerte, Nacho Vidal, una prima del actor y un amigo de ambos, «actuaron con temeridad y grave desprecio a la vida», según el informe realizado por la Guardia Civil de Xàtiva.

El sargento primero que dirige la investigación concluye en su atestado que «en ningún momento tuvieron el control de la situación» ni un plan alternativo, como hubiese sido pedir con urgencia una ambulancia, sino que dieron prioridad al ritual y demoraron más de 20 minutos la llamada al 112 pese a que la víctima sufrió convulsiones, agonizó y perdió la consciencia.

Según el resultado de la autopsia, la causa de la muerte fue una «reacción adversa a las drogas de abuso», aunque aún falta por determinar la cantidad de metoxidimetiltriptamina –la sustancia psicotrópica extraída de la piel y las glándulas del sapo bufo alvarius– que había en el cuerpo del fotógrafo.

El atestado policial afirma textualmente que Nacho Vidal «no realizó un control preciso de la cantidad de sustancia» que inhaló la víctima, porque la pipeta de cristal «no estaba graduada», y no descarta la posibilidad de que una sobredosis provocara la parada cardiorrespiratoria.

Los investigadores del Equipo de Policía Judicial de la Guardia Civil de Xàtiva también sospechan que el actor compró la peligrosa sustancia alucinógena a través de internet –aunque él lo negó en su declaración–, y la manipuló en la cocina de su casa en Enguera tras sacarla de un cajón. Este momento habría sido grabado momentos antes de comenzar el ritual, el 28 de julio de 2019, por una de las cámaras de la vivienda, aunque las imágenes no tienen la suficiente nitidez para aseverarlo con total certeza.

Dos días antes del ritual mortal, José Luis envió un mensaje a su amiga Verónica J., la prima de Nacho Vidal, para contarle que había esnifado varias rayas de cocaína y había tomado cinco o seis cervezas en un concierto en Viveros en la Feria de Julio. «Temía que el consumo reciente de droga agravara los efectos nocivos del veneno de sapo», pero ella le tranquilizó. «No pasa nada, solo que el viaje es más fuerte», contestó Verónica en un mensaje de WhatsApp. «Las cervezas no pasa nada, la coca espero que tampoco. Mañana lo confirmo», añadió la ayudante del actor en el ritual.

Las imágenes grabadas del fallecimiento del fotógrafo evidencian que Nacho Vidal no consideró perjudicial el consumo previo de cocaína –en el caso de que su prima le advirtiera de ello–, y decidió dirigir el rito con la inhalación de una sustancia tóxica para el corazón que también produce hipertermia.

Tras visionar el vídeo grabado por Verónica y analizar los mensajes que envió a la víctima, la Guardia Civil considera que el actor ejerció de chamán, guía espiritual o maestro de ceremonias, y su prima fue «el posible gancho que gestó la celebración del ritual con una participación necesaria».