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No cesan los ataques vandálicos en el barrio del Botánico. Desde el pasado 3 de julio, los vecinos estaban alerta por una oleada de agresiones ... a las viviendas y comercios de la zona.
Hacía aproximadamente una semana que la Policía Nacional había detenido al presunto agresor por delitos de daños. La investigación apunta a que fue el mismo hombre el que rompió en varias ocasiones la fachada del edificio 2.000 de la calle Quart (además del cristal interior del rellano). Además, rompió una puerta de una guardería del barrio y en otras dos ocasiones atacó la sede de la Conselleria de Sanidad.
Tras haber estado en los calabozos y haber sido puesto en libertad, el hombre ha vuelto a delinquir. En la madrugada de este jueves, a las 4.15 horas de la mañana, la Policía Nacional recibió un aviso de que habían reventado la cristalera del edificio 2.000.
Cuando los agentes llegaron al lugar de los hechos, el presunto autor había huido. Tras realizar una batida por la zona, los agentes lograron localizarlo. El individuo no opuso resistencia a su arresto por un presunto delito de daños. Los efectivos le incautaron una barra de hierro de un metro y medio que llevaba con él en la calle Turia.
La conmoción de los vecinos sigue en aumento. Uno de los residentes de la finca afirmó que han contratado a un vigilante de seguridad que permanecerá en las inmediaciones del edificio para evitar posibles futuros altercados. Los vecinos reclamaron el respaldo del Ayuntamiento de Valencia para que les proporcionaran una mayor protección ante una oleada de actos vandálicos que no cesa.
Los testigos grabaron un vídeo del autor en el que se le ve aporreando la cristalera con la barra de hierro hasta conseguir que se rompa. Tras la primera agresión, la comunidad de vecinos había cambiado las lunas para que fueran más difíciles de agrietar. Esta medida tampoco ha supuesto una diferencia. El hombre volvió a conseguir romper la fachada por completo. A pesar de que los testigos le pidieran a gritos que parara, el autor continuó dando golpes hasta que consiguió que los cristales se desperdigaran por la acera y la fachada estuviera destrozada.
Los afectados mantuvieron la teoría de que el agresor (que sólo se ensaña con las viviendas y los negocios del barrio del Botánico) era uno de los indigentes que vivían desde hacía años en el parque situado detrás del edificio 2.000. Hace pocos meses, las personas sin techo que estaban instaladas en el lugar fueron desalojados.
«Creemos que es uno de los indigentes que vivía ayer que hace daños en las propiedades como una forma de venganza», aseguraron los vecinos a este periódico. Todo el vecindario está presa del pánico. Siempre alertas de que se produzca un nuevo ataque contra su finca.
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