El conocido edificio 2.000 ha amanecido en la mañana de este martes con la cristalera completamente rota. El agresor incluso entró en el ... patio de la finca y rompió el espejo interior.
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No es la primera vez que sucede. Esta es la tercera agresión que sufre el edificio. Este ataque ocurrió a las 00.00 horas de este lunes. Una testigo presencial aseguró que vio a un hombre armado con una barra de hierro golpeando la fachada. «No roban, sólo quieren hacer destrozos», lamentan los vecinos. En una ocasión, lanzaron piedras que rompieron las ventanas de los residentes del primer piso. Los habitantes del Botànico tienen sus sospechas sobre quién está llevando la intranquilidad al barrio: temen que se trata de un indigente que vivía en el parque de la zona.
Hace unos dos meses, la Policía desalojó a las personas sin hogar que se habían instalado en el lugar desde hacía mucho tiempo y pusieron un candado en la puerta para que no pudieran entrar (ya está roto). «Creo que es alguien que quiere vengarse porque lo hayan echado de allí. Si no, no tiene sentido», comenta uno de los vecinos. No quiere dar su nombre por miedo a represalias.
La comunidad de vecinos ya ha interpuesto tres denuncias por estos hechos. Además, tras el último ataque han convocado una reunión para atajar el problema. La solución que plantean es instalar cámaras de vigilancia y contratar seguridad que esté pendiente las 24 horas del día para evitar que vuelva a suceder.
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«Ahora que es verano mucha gente regresa de noche a sus casas y tenemos miedo de encontrarnos con él y que nos haga daño», comenta otra vecina que también teme revelar su identidad.
La finca no es la única afectada. El delincuente también rompió una puerta de emergencia de la guardería que se encuentra junto al edificio 2.000. «Me llamó la Policía la noche de San Juan para decirme que habían entrado. A nosotros tampoco nos robaron nada. Ni los ordenadores ni los móviles», cuenta la empleada. Le ha escrito una carta al Ayuntamiento de Valencia para pedir que aumenten la presencia policial en el lugar por miedo de que el atacante actúe mientras están los niños en la escuela.
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En la sede de la Conselleria de Sanidad la escena se repite: en dos ocasiones les han roto los cristales. Ahora barajan colocar una malla metálica para evitar que el autor de estos actos vandálicos pueda acceder al local. En un mes, el barrio del Botánico ha sufrido cerca de una decena de ataques. También en la noche de este lunes han roto la cristalera de una sede se seguros que se encuentra en el mismo perímetro. En la clínica de fisioterapia del final de la misma calle también han roto una ventana con una barra de hierro de construcción.
Tanto los vecinos como los propietarios de los negocios mantienen que se trata de un indigente que trata de vengarse porque lo hayan desalojado.
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