JAVIER MARTÍNEZ
Viernes, 12 de febrero 2021, 00:58
Las carteristas no dan tregua en el centro de Valencia. Los hurtos han aumentado en las últimas semanas con cinco o seis denuncias diarias tras la llegada de un grupo de expertas ladronas a la ciudad. Los robos al descuido que cometen estas mujeres y la frenética actividad delictiva del clan de las búlgaras, otra banda que está haciendo estragos, han obligado a la Policía a aumentar la vigilancia con agentes de paisano en la calles Colón y Juan de Austria, donde se encuentran las tiendas preferidas por las «cardarashis» (carteristas en búlgaro).
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Pero la presión policial no parece que amedrente a estos clanes, que vuelven a las andadas a diario, y las medidas cautelares que acuerdan los jueces para prevenir este tipo de delitos tampoco están frenando los hurtos. Como ya informó LAS PROVINCIAS, el magistrado titular del Juzgado de Instrucción número 19 de Valencia dictó un auto en el que prohíbe a cinco ladronas reincidentes acercarse a las oficinas bancarias de Valencia.
La intención del juez no era otra que prevenir los hurtos que cometían estas mujeres, todas ellas de nacionalidad búlgara, tras seguir a personas mayores cuando salían de los bancos. Las delincuentes hurtaban dinero, cartillas y tarjetas de crédito a las víctimas. Una de ellas volvió a dar con sus huesos en un calabozo tras ser detenida esta semana por un delito de quebrantamiento de medida cautelar.
La Policía Nacional arrestó el miércoles a la joven de 21 años por incumplir la orden de alejamiento que le impuso el juez. La ladrona fue sorprendida a menos de siete metros de distancia del edificio histórico del Banco de Valencia en la calle Juan de Austria. Un vigilante de una tienda de ropa evitó que la individua cometiera otro hurto. Tras ser descubierta cuando acechaba a una clienta, la joven salió del establecimiento y entró en otro contiguo. El vigilante no la perdió de vista y llamó por teléfono a la Policía. Eran las 13 horas. Poco minutos después llegaron cuatro agentes de paisano y dos más uniformados.
Una policía cacheó a la ladrona dentro de la tienda y constató que no llevaba ninguna cartera ni prendas del establecimiento. La joven búlgara sonrió porque creía que iba a librarse de la detención, como suele ocurrir en la mayoría de ocasiones que delinquen, pero esta vez se equivocó. Uno de los agentes llamó a la sala del 091 para preguntar si la sospechosa tenía pendiente alguna orden de detención. Tras consultar en la bases de datos de delincuentes, otro policía informó a su compañero que un juez había prohibido a la carterista acercarse a cualquier entidad bancaria de la ciudad.
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Como no había respetado la orden de alejamiento de siete metros, los agentes detuvieron a la ladrona por un delito de quebrantamiento de medida cautelar, le leyeron sus derechos y la trasladaron a uno de los calabozos del complejo policial de Zapadores.
Horas después, el mismo vigilante de seguridad sorprendió a otra carterista cuando metía la mano en el bolso de una mujer. El intento de hurto tuvo lugar también dentro de la tienda de ropa. La víctima llevaba 400 euros en su cartera, por lo que agradeció al vigilante su actuación.
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La Policía acudió otra vez al lugar e identificó a la joven, aunque no la detuvo porque pertenece a otro clan que no tiene orden de alejamiento de los bancos. Los agentes del Grupo de Delincuencia Urbana de la Jefatura de Policía de Valencia y de la comisaría Centro han aumentado la vigilancia en el centro de la ciudad tras detectar hasta cuatro grupos de mujeres que hurtan carteras.
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