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D. G.
Martes, 5 de febrero 2019, 00:47
«Si se hubiesen agilizado los trámites burocráticos ya me habría operado». Teo Rodríguez, el joven de Turís con obesidad mórbida que estuvo ingresado en el Hospital de Manises durante varios meses, sigue a la espera de pasar por el quirófano para salir de la cárcel en la que se ha convertido su cuerpo. Falta el trámite burocrático con el que la Conselleria de Sanidad asumirá, presumiblemente, los gastos de su hospitalización en Granada, puesto que será en la ciudad andaluza donde va recibirá la intervención quirúrgica que necesita -un bypass gástrico por laparoscopia-.
Teo, durante su estancia en el centro hospitalario de Manises, recibió un inesperado ofrecimiento. El doctor Carlos Ballesta le propuso intervenirle de forma gratuita, pero él debía asumir los gastos del desplazamiento y la estancia. Según explica el joven, «a finales de diciembre nos reunimos con representantes de la Alta Inspección de la conselleria para arreglar el papeleo y que se hicieran cargo de los gastos de la habitación. Por lo que me dijeron, los van a asumir porque tengo derecho a cambiar de hospital». Sin embargo, después de acudir a Granada a que se llevaran a cabo las pruebas previas a la intervención, Teo ha tenido que volver a casa de sus padres en Turís. «Sigo esperando los papeles, de haberlos tenido yo ya estaría operado», asegura.
Debido a la demora de estos trámites, la intervención se ha tenido que posponer, al menos, hasta el 15 de febrero, a la espera de que finalmente la conselleria concrete la fórmula para que el joven pueda operarse ya en Granada. Requerida por este asunto, desde Sanidad indicaron ayer que «sobre este tema, de momento, no podemos dar información».
Por otra parte, según detalla el propio joven, «el doctor Ballesta me ha dicho que tengo el ventrículo izquierdo del corazón chafado y el derecho inflamado. También me tendrá que extirpar la vesícula porque tengo piedras». «Estoy enfermo», resumió Teo para cuestionar que en la Comunitat no se le haya ofrecido la posibilidad de operarse con tanta celeridad. Es más, ha trasladado una queja al Defensor del Paciente porque en su estancia en el Hospital de Manises, según el propio joven, no se le practicaron las pruebas pertinentes para detectar estos problemas de salud.
La historia de Teo comienza a hacerse pública después de que, tras recibir atención médica en el citado centro sanitario, se utilizase un camión de mudanzas para trasladarlo a su casa después de darle el alta. Sin embargo, días después, tuvo que ser ingresado de nuevo y pasó cuatro meses bajo la fórmula del ingreso social, puesto que su familia no podía hacerse cargo de sus cuidados. Después de perder 100 kilos (llegó al hospital con 385 el pasado verano) y empezar a caminar, una ambulancia especial lo trasladó en diciembre al domicilio familiar en Turís. En este tiempo, según asegura, ha respetado las pautas alimenticias y de ejercicio marcadas, por lo que ha conseguido reducir todavía más su peso, hasta poco más de 250 kilos, lo que facilita que pueda someterse a la operación.
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