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Rosa Álvarez vio a su padre la misma mañana de aquel fatídico 29 de octubre. A las 12.30 horas, fue a su casa a ... recoger a la perra, 'Kira'. «Cada vez tengo las analíticas mejor», le dijo a su hija. Contento. Gozaba de buena salud. Pensaba que todavía le quedaba tiempo para disfrutar con su familia. Pero la DANA arrasó con su vida en cuestión de instantes. Manuel volvió a su vivienda después de ir a pasear al perro. Horas más tarde, murió ahogado por un temporal que no tuvo piedad.
«Tenía esperanzas de que se hubiera subido a la terraza», cuenta Rosa desgarrada. Manuel Álvarez era muy conocido en Catarroja. El peluquero de toda la vida. A sus 80 años seguía atendiendo a sus clientes de confianza. Fue uno de los vecinos de la zona el que se acercó al marido de Rosa y le dio la mala noticia: «Tu suegro ha aparecido en el parque de las Barraques». La pared de su casa se rompió y su cuerpo fue arrollado hasta esta zona.
«Todavía no me creo que mi padre haya muerto. A veces cojo el teléfono para llamarlo. No me puedo creer que su biografía haya terminado de una manera tan abrupta», confiesa Rosa desgarrada. Lo que la mantiene en pie es el ansia que tiene de hacer justicia. La mujer se puso en contacto con la plataforma 'SOS Desaparecidos', al igual que otras 23 familias, para demandar al Gobierno y a la Generalitat por la gestión que hicieron de la DANA. El resto de plataformas de afectados por la riada todavía no han comenzando la batalla judicial.
En 'SOS Desaparecidos' pretenden plantear una demanda tanto por la vía civil como penal de cada caso concreto, además de otra demanda colectiva en nombre de todas las víctimas. «El único motivo que tengo para levantarme todas las mañanas es hacer justicia a la muerte de mi padre», revela la afectada.
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Rosa comparte el mismo sentimiento que el resto de víctimas: esta era una tragedia evitable. Más de 200 vidas perdidas en un segundo. «Mi padre no tenía que morirse en la DANA, lo han matado», dice con la voz entrecortada por la rabia. Todavía no se ha permitido llorar su pérdida. No al menos hasta que consiga hacer justicia.
La alarma sonó cuando su padre ya estaba atrapado en la trampa mortal que se convirtió su vivienda. «Si nos hubieran avisado a tiempo se habrían salvado muchas vidas», opina. La madre de Rosa había fallecido hacía muchos años. «Soy hija única. Con la muerte de mi padre he perdido a toda mi familia de origen y cualquier conector con mi pasado. La casa también está destrozada. Ya no tengo todos los recuerdos de mi madre ni mis cosas de la juventud», comenta presa del dolor.
Critica la gestión posterior que se ha hecho de la DANA. Ella se enteró de que se iba a realizar un funeral en memoria de las víctimas este lunes porque lo leyó por la prensa. «Está todo fatal organizado», opina. Rosa ya le realizó a su padre una ceremonia laica. Pero a pesar de haber sido ella quien encontró el cuerpo sin vida del hombre a la mañana siguiente de la riada, todavía no lo procesa.
«Tengo una rabia brutal contra los políticos», dice la afectada, refiriéndose a que no se tomaron medidas de prevención ni se alertó a la población de que llegaba a la Comunitat un temporal de tales dimensiones. No sólo piensa en su padre. También en otras víctimas como Izan y Rubén, los niños de 3 y 5 años que perdieron la vida en Torrent. El único consuelo que tienen las familias es que se haga justicia a sus seres queridos que perdieron la vida.
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