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Santander
Lunes, 13 de enero 2020
Un parque infantil se ha hundido en la madrugada de este lunes sobre el parking subterráneo de un conjunto residencial situado en Nueva Montaña, en la calle Tomás y Valiente de Santander, sin que se hayan producido daños personales aunque sí cuantiosos materiales.
Se trata de un garaje comunitario, con unas 500 plazas, de las que un centenar se habrían visto afectadas, promovido por la empresa pública Gesvican entre 2004 y 2006. El peso de la tierra del parque infantil podría ser la causa del hundimiento, aunque deberán ser técnicos del Ayuntamiento de Santander y del Gobierno de Cantabria los que determinen las causas del derrumbe.
Los responsables del Gobierno regional también han tranquilizado a los vecinos, que no tendrán que abandonar sus viviendas porque, según los técnicos, y a falta de confirmación oficial, la cimentación no presenta alteraciones y no hay riesgo de derrumbe.
Por su parte, los vecinos de la zona han calificado de «milagro» que no se haya producido ninguna desgracia personal, dado que en ella residen alrededor de 500 personas y todas las viviendas tienen garaje.
En declaraciones a Europa Press, Beatriz, una de las vecinas, ha asegurado que el hecho de que no haya que lamentar víctimas en este derrumbe que se ha producido sobre las 6.20 horas es un milagro. «Somos 500 vecinos los que vivimos aquí y todos tienen debajo su garaje. Y que no haya pasado nada, pues es un milagro».
El hundimiento se produjo muy temprano, pasadas las seis de la mañana, y todos los vecinos destacan que si hubiera ocurrido entrado el día, las consecuencias «serían otras», porque en el parque «siempre hay muchísimos niños».
«No quiero ni pensar lo que hubiera pasado si hubiera sido a otra hora», ha señalado María Eugenia Fernández, que compara el ruido que notó con «una galerna de mucho aire», de las que «hacen temblar los cristales».
Daniel González, uno de los primeros vecinos que bajó a la calle tras el hundimiento, cuenta que fue «un susto terrible». Estaba durmiendo y escuchó un ruido y como «una succión» y después vio mucho polvo.
Según narra, primero se hundió la zona infantil y después la pista y, enseguida, a los diez minutos llegó la Policía que acordonó la zona.
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