Las Provincias
Lunes, 23 de septiembre 2019, 19:13
Siete minutos. No parece mucho, pero sin duda lo fue para los pasajeros del vuelo 2353 de la aerolínea americana Delta. Este vuelo, que cubría el trayecto entre Atlanta y Fort Lauderdale, se encontraba a más de 11.000 metros de altitud cuando sufrió una despresurización de la cabina que le hizo sufrir un descenso de más de 8.000 metros bruscamente.
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Esta situación, cuya causa se desconoce, sembró el pánico entre los pasajeros de la aeronave, que aprovecharon la red Wi-Fi del avión para mandar mensajes de despedida a sus seres queridos, ya que preveían un final trágico para tal caída.
«Soltaron las máscaras de oxígeno y descendimos rápidamente», relata por medio de su cuenta de Twitter uno de los pasajeros, que explica que se despidió de su pareja y sus padres y, acto seguido, abrazó a su hijo.
Por suerte, los pasajeros estaban equivocados: finalmente los pilotos lograron salvar la caída y desviaron el avión para aterrizar sin problemas en el aeropuerto de Tampa, Florida, para evitar posibles riesgos a pesar de haber logrado estabilizarlo. El incidente no causó ninguna víctima.
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