Al depredador de niños se le acumulan condenas. El hombre, que ya estaba interno en la cárcel por abuso sexual y corrupción de menores, no ha esperado ni a estar en libertad para reincidir. En el juicio celebrado en la sección cuarta de la Audiencia Provincial de Valencia, el acusado ha llegado a una conformidad con las partes y ha aceptado cumplir una pena de 5 años y 9 meses de prisión, más 10 años de libertad vigilada y durante 20 años no podrá ejercer ninguna profesión relacionada con niños.
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En un primer momento, la Fiscalía solicitaba para el ahora condenado nueve años de prisión por un delito de producción, venta, distribución, exhibición u ofrecimiento de pornografía infantil con contenido especialmente degradante o vejatorio, todo ello con la agravante de reincidencia.
La alerta llegó a las autoridades españolas a través de la agencia norteamericana HSI, quienes fueron los primeros en percatarse de la actividad delictiva del preso de Picassent. Desde esta agencia infiltraron a uno de sus agentes para mantener conversaciones con el acusado vía 'Telegram'. El preso le remitió al agente infiltrado pornografía infantil entre diciembre de 2022 y enero de 2023.
Después de recibir el aviso, la Guardia Civil registró la celda del condenado y le incautaron su teléfono móvil, un disco duro y un ordenador portátil imágenes donde aparecían menores de edad practicando sexo o mostrando sus genitales. Incluso algunos vídeos mostraban bebés y tenían contenido zoofílico o urofílico (excitación sexual se produce por la visión de una persona que orina).
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