A. RALLO
VALENCIA.
Lunes, 2 de noviembre 2020, 00:01
La Fiscalía de Valencia reclama dos años de cárcel para un conductor que se puso a los mandos de su vehículo pese a encontrarse ebrio y causó la muerte de un anciano y lesiones a la hija de la víctima.
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La mecánica del accidente fue atípica comparada con la mayoría de los siniestros que terminan con un fallecido. El acusado, José Vicente O., tenía su vehículo aparcado correctamente en la calle Martínez Aloy. Se dispuso a dejar el estacionamiento marcha atrás «pero lo hizo sin prestar la más mínima precaución». De tal forma que el ahora acusado invadió el paso de cebra por donde transitaba la víctima junto a su hija. Ambos iban cogidos del brazo. El impacto con el vehículo hizo que cayeran al suelo, en la avenida Pérez Galdós de Valencia.
La víctima, de 81 años de edad, murió por un traumatismo craneoencefálico. Su única descendiente, de 51 años, sufrió fracturas y contusiones y necesitó de diferentes tratamientos de fisioterapia para recuperarse. Estos tuvieron un coste de más de 1.000 euros, según recoge la calificación del ministerio fiscal. La muerte del anciano dejó una viuda, que ahora sólo percibe una pensión de 677 euros.
En el momento del siniestro, el conductor se detuvo y bajó del vehículo que conducía. Comprobó el estado de los dos peatones y que el herido de mayor gravedad estaba sangrando por la cabeza. Pero pese a esta delicada situación, decidió abandonar el lugar sin que llegara a ser identificado por los presentes ni pudieran anotar el número de su matrícula.
Sin embargo, al cabo de media hora del siniestro, sobre las 18.30, el sospechoso regresó al punto de la colisión y se identificó ante los agentes de policía que realizaban el atestado. Los profesionales apreciaron síntomas de que estaba bajo los efectos del alcohol, como el rostro pálido, los ojos enrojecidos y respuestas repetitivas. No se equivocaron. Las pruebas arrojaron un resultado positivo de 0,41 miligramos de alcohol por litro de aire espirado. El segundo test subió a 0,44. El conductor se negó a una prueba de sangre.
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La Fiscalía no acusa por un delito de omisión de socorro porque cuando el conductor se marchó del lugar, había otros peatones que estaban asistiendo a los dos heridos. El ministerio público reclama un año y medio por un delito de homicidio imprudente y otros seis meses por las lesiones que causó a la acompañante del fallecido. Además, pide que se le retire el permiso de conducir durante cuatro años. En concepto de responsabilidad civil, el seguro deberá abonar algo más de 56.0000 euros a la hija por el fallecimiento de su padre al margen del importe por las secuelas físicas y el tratamiento. La viuda recibirá alrededor de 110.000 euros por la pérdida de su pareja con la que convivió durante más de medio siglo.
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