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«¡Pedroooooooo!», chilla un chaval de cabello castaño y camisa blanca. Sale corriendo de la residencia Resa. El uber los espera. Sus colegas le responden cantando: «¡Pedro, Pedro, Pedro, Pedro, Peeeé!», la canción de Raffaella Carrá que ha vuelto a ponerse de moda en las ... redes sociales. Es su primer jueves universitario y piensan disfrutarlo al máximo.
El conductor sale del vehículo y les apremia para que suban. Se pasan la bebida en vasos de cubalitro de manera desesperada. «¿Qué es esto, tío? Yo vodka no bebo. ¿No llevas whisky?», le dice uno de los jóvenes a su compañero. Pero al final pega un trago como si su vida dependiera de ello. El chófer se desespera y pega una palmada en el capó. Se acabó la canción de «Pedro, Pedro, Pedro» y suben al coche. No quieren perderse la fiesta que los espera.
Es el primer jueves universitario. Una fecha que los nuevos alumnos tenían señaladas en sus comentarios. Como si fuera la noche en la que sus vidas fueran a cambiar. «Llevamos aquí dos días pero ya somos familia», dice contenta (y embriagada) una chica morena que se acaba de mudar a la Resa. Tiene al menos cuatro años por delante para descubrir a su «nueva familia».
En Plaza Honduras los jóvenes aprovechan que los bares cierran a la 1 de la mañana para emborracharse todo lo que puedan por un precio asequible. «No tengo nada en la tarjeta, tía. Mi madre se ha enfadado y no me la ha recargado», le dice una chica a su amiga. Todos ellos niegan haberse enterado de lo que ocurrió el miércoles por la noche: el inicio de las novatadas a los recién llegados.
La Policía Local estaba preparada para el regreso a las aulas de los estudiantes universitarios. Durante el primer fin de semana se van a reforzar las tareas de prevención y seguridad de ocio, sobre todo en las zonas próximas a las universidades como Plaza Honduras y la zona de Tarongers. Así ocurrió el jueves y se repetirá viernes y sábado.
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Belén Hernández
Además, los agentes realizarán controles de seguridad y de consumo de alcohol y sustancias estupefacientes en el resto de zonas de la ciudad en las que haya discotecas o eventos. Toda precaución es poca. Pero, a pesar de que en la madrugada del miércoles el revuelo desveló a los vecinos de la zona, con novatadas en la calle y griterío de cientos de chavales, el primer jueves universitario ocurrió sin incidentes.
Una antigua alumna de la Resa comenta que las novatadas «son inocentes». «Participa quien quiere y siempre puedes decir que no quieres seguir», cuenta la chica. Para ella, las dos primeras semanas fueron las más intensas. «Me retaban a juegos de beber pero siempre decía que no. No era nada salvaje la situación», recuerda con añoranza.
Ella misma iba con miedo. Había oído hablar de las famosas novatadas: juegos como meterte en un cubo de basura o hacer flexiones en la vía pública. Pero cuando vivió la experiencia le cambió la perspectiva: «He hecho amistades para toda la vida. Me encantó». Incluso dan premios. «Se hace la mención al novato más guapo, el más 'golfo', el más 'pelota'. Todo por votación. Lo recordaré siempre con muchísimo cariño», dice la chica.
Los nuevos estudiantes están a punto de descubrir qué se les viene encima. Son jóvenes. Mucho. Y quieren beberse el mundo. Sobre todo aquellos que están alojados en residencias y que no están bajo la supervisión de sus padres. «He vomitado pero ya estoy bien, tío», le dice un chaval a otro. Son un grupo de unas 10 personas. Todos van de blanco. Como si fueran de uniforme. Pero a los 18 años seguir la moda es de las mayores preocupaciones que tiene uno.
Los que no están tan contentos con la situación son los vecinos. Desde la Asociación Vecinal de Plaza Honduras siguen esperando la resolución del Tribunal Superior de Justicia (TSJCV) para que declaren el lugar como zona ZAS y los locales cierren antes sus puertas.
«¡Estamos creando recuerdos!», dicen dos chicas que parecen conocerse de toda la vida. Se abrazan de manera emotiva. «Nos conocimos hace cuatro días». Nadie lo diría. Es el primer jueves universitario y la diversión no ha dejado lugar a malos rollos entre los nuevos estudiantes. Chavales que sólo quieren saborear la juventud.
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