La Policía impide una pelea entre jóvenes sudamericanos y españoles en la Fuensanta

La Policía Nacional impidió una pelea el viernes por la tarde entre un grupo de jóvenes sudamericanos y otro de españoles en el barrio de la Fuensanta en Valencia. Los hechos sucedieron sobre las 20 horas tras un enfrentamiento previo entre dos pandillas en un parque situado junto a la plaza Colonia Española de Méjico.

Una decena de agentes de la Unidad de Prevención y Reacción (UPR) de la Policía Nacional acudieron con urgencia al lugar tras recibir el aviso de la reyerta. Los policías interceptaron a cuatro varones sudamericanos y al padre de uno de ellos cuando acudían al encuentro de un grupo de jóvenes de etnia gitana con la intención de vengar una agresión anterior.

Los agentes cachearon a los cinco individuos y les confiscaron un cuchillo, una navaja y un trozo de cristal. Uno de los chicos latinoamericanos tenía una herida sangrante en un labio como consecuencia de un golpe que recibió en la primera pelea.

Mientras los agentes identificaban a los cinco varones, un grupo numeroso de personas se congregó en la plaza Colonia Española de Méjico y algunas de ellas increparon a los jóvenes sudamericanos. Los policías formaron entonces una barrera humana para impedir que se acercaran y apaciguaron los ánimos tras hablar con los dos grupos.

El robo de un teléfono móvil desencadenó la pelea entre las dos pandillas, según la versión de los jóvenes latinos, por lo que la Policía informó a la víctima que debía de presentar una denuncia. Tras intervenirles las armas blancas e identificar a los individuos para levantar las correspondientes actas de sanción, los agentes les aconsejaron que se marcharan para evitar posibles incidentes.

La rápida intervención de los policías nacionales, que tardaron muy pocos minutos en llegar al barrio de la Fuensanta, evitó lo que podría haber sido una pelea multitudinaria, ya que los agentes interceptaron a los jóvenes sudamericanos a escasos metros de un edificio donde se encontraba la otra pandilla. El despliegue policial causó un gran revuelo en la zona, aunque los vecinos están ya acostumbrados a tolerar con paciencia gritos y peleas.

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