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«Entre mi madre y yo le enviamos casi cien mensajes y llamadas, pero no contestaba. Como a las diez era el toque ... de queda no podíamos salir a buscarlo. Al final lo encontró la policía. Es un milagro que mi tío viva tras ocho horas atrapado en unas zarzas». Así resumía ayer Mari Carmen Moreno la odisea de su familiar, Enrique O. G., un hombre de 75 años que sufrió una caída o desvanecimiento y pasó todo ese tiempo en un paraje de Cheste. Hasta que sus gritos de auxilio fueron escuchados.
El vecino, enfermo de Diabetes, es soltero y vive solo en el pueblo. Salió con su moto sobre las 18 horas del miércoles por la zona de la partida de La Zafa. En un momento de su recorrido se apeó del vehículo y avanzó unos 150 metros hasta que sufrió una caída o desvanecimiento, se golpeó en una rodilla y, para colmo, acabó enganchado entre zarzas.
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En esta complicada situación permaneció durante toda la tarde. Cayó la noche. La temperatura bajaba de manera preocupante. Enrique luchaba contra el frío y el dolor. En ese tiempo nadie escuchó sus lamentos y gritos de auxilio. Hasta la una de la madrugada, cuando llegaron a oídos de otro vecino que alertó a la Policía Local.
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Una patrulla se aproximó al lugar. Los agentes escuchaban las voces de la víctima, pero en plena noche y con el eco era muy complicado encontrar de dónde procedían. En la búsqueda se consumió una hora y media más. Incluso emplearon la megafonía del vehículo policial para hacer llegar sus mensajes de tranquilidad al hombre en apuros.
Al final encontraron a Enrique ya semiinconsciente, débil y lleno de heridas por todo el cuerpo. Hasta el lugar llegaron también agentes de la Guardia Civil y bomberos del parque de Chiva. El personal médico del centro de salud solicitó una ambulancia. Entre todos los efectivos lo levantaron, le colocaron una manta térmica y lo trasladaron a la ambulancia de Soporte Vital Básico (SVB) desplazada al lugar.
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Los policías avisaron a la sobrina de Enrique y la víctima fue evacuada al Hospital de Manises con síntomas de hipotermia, la lesión en la rodilla y arañazos por las zarzas. Además, «le han diagnosticado un infarto cerebral». agregó su sobrina. «No sabemos si eso provocó que se cayera o vino después». Agradeció a la Policía Local su crucial servicio.
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