La policía peruana refuerza con perros adiestrados la búsqueda de la valenciana

Un equipo especial de la Policía Nacional de Perú busca a la turista Nathaly Salazar Ayala, de origen ecuatoriano y residente en Valencia, en el Valle Sagrado de los Incas de la región Cuzco, al sureste del país, tras cumplirse hoy ocho días de su extraña desaparición. La policía ha reforzado el dispositivo de búsqueda con 15 agentes de Salvamento y de Alta Montaña, que cuentan con el apoyo de perros adiestrados, en la zona de ruinas arqueológicas de Maras y Moray, a unos 40 kilómetros de la ciudad del Cuzco, y en el Valle Sagrado de los Incas, según explicó José Luis Villasante, jefe del Departamento de Investigación Criminal de la Policía en Cuzco.

Salazar, de 28 años, salió el 2 de enero de un hostal de Cuzco con la aparente intención de visitar las ruinas de Maras y Moray, un destino turístico al que se llega en pocas horas, pero no regresó y su teléfono móvil permanece desconectado desde entonces. Villasante explicó que los policías están inspeccionando las hospederías del Valle Sagrado para conocer si hay alguna visitante que se ha registrado en los últimos días con las características de la turista desaparecida.

El Valle Sagrado de los Incas se extiende a lo largo del río Urubamba, a 15 kilómetros al noreste de la ciudad del Cuzco, y es una zona campesina preferida por el turismo debido a su menor altitud y clima más cálido que la capital cuzqueña. Hasta el momento, la policía no ha encontrado pistas sobre Salazar, a excepción de las imágenes grabadas por las cámaras de vídeo del hostal cuando la joven salió el pasado 2 de enero.

El delegado del Gobierno en la Comunitat Valenciana, Juan Carlos Moragues, declaró ayer que el Consulado de España en Cuzco está haciendo «todos los esfuerzos posibles» en la investigación por la desaparición de la vecina de Valencia. Los padres de Salazar viajan hoy a Perú para seguir de cerca el dispositivo de la policía, que está buscando también a la joven en la ciudad de Cuzco, ya que nadie la vio subir al autobús que traslada a los turistas a las ruinas de Moray. La vecina de Valencia llevaba una tarjeta de crédito, pero la policía y sus familia no han detectado ninguna extracción de dinero desde su desaparición.