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Belén González
Canals
Jueves, 27 de enero 2022, 01:57
La realidad supera muchas veces la ficción y este dicho, en este relato, se cumple. Nou d'Octubre, fiesta de la Comunitat, 20 horas. Serafín Jiménez, un anciano de 88 años de edad, volvía de su salida vespertina. Entró en su vivienda y cuando ... se disponía a colgar su chaqueta en una percha se vio sorprendido por alguien que le cogió de las manos para inmovilizarlo.
«No pude defenderme. Me agarró las manos por detrás y me las precintó. Me llevó hasta la habitación contigua donde está el dormitorio y me tiró boca abajo sobre la cama. Grité para pedir socorro y me precintó la boca y la nariz», explica con todo detalle Serafín, que muestra una gran lucidez, pese a su edad.
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El atacante le quitó el móvil y la tarjeta de crédito y le pidió que le diera el número secreto. Es aquí cuando demostró que es una persona inteligente y para nada incauta. Le dio un número falso.
Al irse, el malhechor bajó la persiana metálica de la casa con el mando a distancia para dejarlo encerrado. El anciano sacó fuerzas de donde no las tenía para levantarse de la cama, llegar hasta el interruptor y con las manos atadas pudo pulsarlo para abrir la persiana. Con el hombro abrió el manillar de la puerta y salió a la calle a pedir ayuda.
Al ser festivo, ninguno de los comercios que hay en la calle estaba abierto. Con la cabeza llamó al timbre de la vivienda vecina, pero tampoco había nadie. Tuvo la suerte de que de uno de los establecimientos salían tres personas que le auxiliaron. «Me bajaron un poco el precinto para que pudiera respirar bien y hablar, hasta la llegada de la policía, que tardó cinco minutos», indica y apunta que no se asfixió porque el atracador no era un profesional y no apretó el precinto.
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«Todos los días doy gracias a Dios por haberme dado energía, inteligencia y paciencia», manifiesta. No obstante, el susto que pasó y la situación que vivió le provocó un infarto que le hizo pasar en el hospital de Xàtiva diez días. Aunque se encuentra bien de salud, sí que lleva marcapasos desde hace 28 años.
Pero si es sorprendente lo sucedido, de triste se puede calificar el desenlace. Serafín supo quién había sido su agresor cuando intentaron sacar dinero de la tarjeta los días siguientes.
Resultó ser un familiar con el que había vivido dos años y medio en Ontinyent, tras quedarse viudo, en un piso que él mismo le regaló. Serafín decidió volverse a Canals hace algo más de un año porque se sintió amenazado tras pedirle una importante cantidad de dinero. Veinte días más tarde asegura que esta persona le mandó un sicario, hechos que denunció ante la Guardia Civil y que finalmente decidió retirar.
Ahora sabe que este familiar, contaba con copia de la llave de su vivienda de Canals y como conocía sus rutinas, aprovechó que no se encontraba en casa para entrar y esperarle escondido.
Finalmente, el 10 de enero, el asaltante, de 39 años de edad, fue detenido por un delito de tentativa de homicidio, detención ilegal, robo con violencia e intimidación y allanamiento de morada y ya ha ingresado en prisión.
Serafín, un conocido comerciante local de toda la vida, prefiere seguir viviendo solo mientras la salud le permita tener autonomía. De hecho, no tiene a nadie que le asista, prefiere «tener libertad».
Tampoco tiene miedo. «Ahora estoy tranquilo porque sé que estará un tiempo en prisión». Se encuentra arropado, eso sí, por sus vecinos que están pendientes de cualquier indicio sospechoso que pueda poner en peligro nuevamente a su vecino.
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