Un preso muy peligroso apuñaló con cristales a dos funcionarios y golpeó a otro tras tenderles una trampa en su celda del centro penitenciario de Albocàsser. La brutal agresión tuvo lugar sobre las 20.30 horas del domingo cuando los trabajadores de la cárcel se disponían a informar al recluso sobre un cambio en las comunicaciones.
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El interno rompió unos cristales para hacer pinchos (armas artesanales) y tiró al suelo agua y pan para que los funcionarios resbalaran y cayeran nada más entrar en la celda. También arrancó los cables de la luz para que no vieran dónde estaba él con un cristal en cada mano.
Los violentos hechos ocurrieron en el departamento de aislamiento, donde se encontraba el preso debido a su peligrosidad, y el agresor atacó a los funcionarios con un cristal en cada mano y causó heridas a tres de ellos.
Dos trabajadores sufrieron cortes y otro resultó herido con una posible fractura de la mano por los golpes que recibió cuando reducían al violento individuo. Los funcionarios fueron atendidos en un primer momento por la enfermera de la cárcel, ya que el centro penitenciario carece de médico durante el fin de semana debido a la falta de personal sanitario, según denuncia la asociación de trabajadores penitenciarios 'Tu Abandono Me Puede Matar' (TAMP).
Los heridos fueron trasladados después a un hospital de Castellón. El recluso que protagonizó este incidente es un preso andaluz muy peligroso que ya estuvo implicado en otro grave incidente en la cárcel de Córdoba.
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La asociación de funcionarios TAMP ha condenado en un comunicado este grave incidente y ha vuelto a reclamar la consideración de agente de la autoridad para los trabajadores de las prisiones españolas. «Estas agresiones tienen que ser castigadas como se merecen, y también es fundamental que tengamos una formación adecuada para evitar estos graves episodios, cosa que no ocurre», afirma el comunicado.
La asociación de trabajadores penitenciarios denuncia también la falta de medios materiales y de cursos de formación. El año pasado se registraron 444 agresiones a funcionarios en las prisiones españolas, algunas de ellas de extrema gravedad.
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Como este colectivo carece de la condición de agente de autoridad, la mayoría de los agresores son castigados con una sanción de privación de paseos y actos recreativos, según el régimen disciplinario del reglamento penitenciario.
«Es necesario que tengamos cuanto antes un estatuto propio que ponga remedio a tantas precariedades por el abandono que sufrimos por parte de Ministerio de Interior, la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias y el centro penitenciario de Albocàsser», concluye el comunicado.
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