A prisión por matar de 15 puñaladas a un hombre en una casa okupa de Xàtiva

xàtiva. La titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 4 de Xàtiva ha decretado prisión provisional, comunicada y sin fianza para un hombre por su presunta relación con la muerte violenta de Fernando M. L., el pasado 30 de octubre en una vivienda de la calle Blanc de esta ciudad. El detenido fue arrestado junto a una mujer, su pareja, el pasado martes, pero no pasaron a disposición judicial hasta ayer. Para la mujer, la jueza acordaba libertad provisional, aunque le ha impuesto la obligación de comparecer ante el juzgado los días 1 y 15 de cada mes.

El detenido se acogía a su derecho a declarar, aconsejado por su abogado, quien explicaba a LAS PROVINCIAS que no ha tenido tiempo de estudiar el sumario lo suficiente para defender debidamente a su cliente. La causa está abierta, inicialmente, por un delito de homicidio.

Cabe recordar que la víctima, un conocido de los cuerpos y fuerzas de seguridad por sus numerosos antecedentes, moría como consecuencia de quince heridas de arma blanca. Fue la vecina de la vivienda colindantes a la del número 50 de dicha calle, donde Fernando M. L. vivía, al parecer, con los detenidos y otro número indeterminado de personas okupas, la que alertaba a los agentes de lo ocurrido.

Al llegar al domicilio lo encontraron aún con vida e intentaron reanimarlo sin éxito. El resto de inquilinos había huido. Desde un principio, las investigaciones se centraron en el círculo más cercano al fallecido y tras las diligencias pertinentes, fue el pasado martes, mes y medio después de que sucedieran los hechos, cuando la pareja fue arrestada.

Los hechos sucedían de madrugada y el resto de vecinos de la calle no se percataron de lo ocurrido hasta que no vieron el despliegue policial, ni siquiera los operarios del Forn Llueca, a pocos metros de la vivienda, que estaban trabajando a esas horas, no escucharon ni la pelea previa ni el fatal desenlace.

Y es que, según comentaron entonces los vecinos a LAS PROVINCIAS, eran habituales los gritos y las peleas en esa vivienda así como el consumo de alcohol en la calle.