![Abuso sexual | «Me tocaba los pechos por detrás en clase sin que lo vieran otros alumnos»](https://s1.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/202111/09/media/cortadas/Profesor-academia-RhtjquDTEwNTfM4koQVBoaN-1248x770@Las%20Provincias.jpg)
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J. MARTÍNEZ
Martes, 9 de noviembre 2021, 15:31
Un profesor y propietario de una academia de clases de repaso, Sergio T. T., se enfrenta a una pena de 43 años de cárcel tras ser acusado de abusar sexualmente de nueve alumnas menores de edad en el establecimiento docente que dirige con su mujer en una localidad de la comarca de l'Horta. El procesado se ha sentado esta mañana en el banquillo de los acusados y ha negado los hechos ante el tribunal de la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Valencia, aunque ha admitido que podrían haber existido algunos roces «no voluntarios» de sus brazos con los cuerpos de las adolescentes.
Según el escrito de la acusación pública, Sergio T. sometió a tocamientos a las víctimas, de entre 14 y 16 años, cuando se acercaba a sus mesas para darles alguna explicación durante las clases de repaso de los cursos escolares de 2015 a 2018. Una de las víctimas, la única de las nueve denunciantes que ha declarado hoy en el juicio, ha manifestado que el procesado le tocó los pechos en varias ocasiones. «Lo que él hacía no era un roce instantáneo», ha afirmado la víctima, quien ha añadido que el profesor le apretaba con sus manos y «una vez intentó meterla por dentro de la blusa que llevaba en verano».
Los presuntos abusos sexuales se habrían producido de forma continuada y consistían en tocamientos en los pechos y las piernas por encima de la ropa. Algunas de las víctimas se pegaban todo lo que podían al pupitre para que no hubiera hueco donde el profesor pudiera meter la mano, según declararon ante la Guardia Civil.
El acusado ha negado en varias ocasiones los abusos sexuales y ha precisado que los únicos roces pudieron ser con el codo o antebrazo, concretamente cuando se acercaba a las alumnas para explicarles algunos ejercicios de matemáticas que no sabían resolver o para quitarles el móvil, ya que algunas menores ocultaban el teléfono entre sus piernas para utilizarlo durante la clase de repaso.
El profesor ha afirmado que algunas veces se sentía presionado por los padres de sus alumnas, porque le culpaban a él si sus hijas suspendían los exámenes, y reconoció que reprendió con dureza a una de las jóvenes por haberle engañado cuando le dijo la nota de una evaluación. Tras avergonzarla en clase delante de otras alumnas, el acusado se arrepintió y le mandó un mensaje para pedirle disculpas a través de la aplicación de WhatsApp, según su declaración.
El procesado también ha explicado el contexto de un intercambio de mensajes con otra de las víctimas, a la que llamó «cacho perra», porque iba a entregar en el colegio un trabajo que le habían dejado y ni siquiera se molestó en escribir el texto con su letra. «Escribí eso porque era una vaga», ha señalado el profesor.
Respecto al motivo por el cual hasta nueve alumnas le acusaban del abusos sexuales, Sergio ha asegurado en un primer momento que lo desconocía, aunque luego ha añadido: «Creo que fue una mala interpretación de unos gestos y luego se les fue de las manos. Una o dos movieron al resto y no eran conscientes del daño que me hacían». También ha insinuado que pudieron verse influenciadas por las manifestaciones celebradas el 8 de marzo, el Día de la Mujer, previas a la presentación de las denuncias, e insistió que no hubo tocamientos, sino roces sin voluntariedad.
Sin embargo, la única víctima que ha declarado en el juicio ha sido explícita cuando ha descrito los hechos: «Me acariciaba los hombros y me tocaba los pechos por detrás lentamente». La joven ha manifestado que había dos o tres alumnos más en el aula cuando el profesor la manoseaba, pero ha dicho que no se daban cuenta porque estaban haciendo sus ejercicios y ella no gritaba ni se quejaba porque estaba asustada. «No me atreví a decir nada por miedo. Si me hacía eso delante de mis compañeros, ¿qué más podía hacerme cuando no estuviera allí?», ha explicado la joven.
Otros siete alumnos de la academia han declarado en la vista que no vieron tocamientos ni escucharon quejarse a las víctimas cuando coincidieron con ellas en las clases de repaso, aunque han reconocido que prestaban más atención a sus ejercicios y deberes que a los movimientos del profesor y las explicaciones que daba a sus compañeros.
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