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BELÉN HERNÁNDEZ
Lunes, 30 de enero 2023, 07:29
El tejado quedó derruido. Los escombros volaron por los aires. Una explosión de gas destrozó una casa en Godelleta este viernes. Hubo tres heridos. ... O, mirándolo de otro modo, dos personas lograron salvar a un hombre que intentó quitarse la vida.
J. T. es un policía nacional de 64 años que ahora realiza labores de segunda actividad. Sabía desde hace tiempo que su amigo no estaba pasando por su mejor momento. Aquel día, recibió la llamada de la expareja de este hombre. La mujer le contó que le había mandado mensajes en los que amenazaba con suicidarse.
J. T. no dudó ni un segundo en acompañar a la mujer a la vivienda de su amigo para cerciorarse de que se encontraba bien. Pero cuando llegaron, se temieron lo peor. «La casa olía muchísimo a gas. Abrimos todas las ventanas pero no sabíamos si llegaríamos a tiempo», narra el policía, todavía visiblemente asustado.
Comenzó a llamar a gritos a su amigo. No sabía si iba a recibir una respuesta. «Entonces empecé a oír que jadeaba y fui corriendo al dormitorio. Estaba tumbado en la cama pero todavía respondía», recuerda emocionado. J. T. consiguió sacar a su amigo de la cama y cargar con él para sacarlo de aquella casa.
Entonces se produjo la explosión de gas. El techo de la vivienda situada en la calle Diamante se desplomó. Al lugar acudió con urgencia un dispositivo del Consorcio Provincial de Bomberos de Valencia. El aviso llegó a las 13.41 horas de la tarde.
Dos días más tarde y poco después de recibir el alta del hospital, J. T. todavía cuenta con incredulidad que al final pudieran salir los tres con vida de aquella casa. El policía nacional en segunda actividad rompe a llorar mientras relata cómo sucedieron los hechos. «Tuvimos mucha suerte de poder salvarnos». J. T. tiene quemaduras de segundo grado en la cabeza, el rostro, el cuello y la mano izquierda. «No me reconozco a mí mismo aunque los médicos me han dicho que volveré a recuperar mi aspecto». Toma aliento. Hace una larga pausa. «Las quemaduras se curan, pero ese día volvimos a nacer los tres».
La mujer resultó herida de levedad ya que no entró en el dormitorio. Por el momento, su amigo sigue ingresado en el hospital, aunque confían en que se pueda recuperar pronto. «Tuvimos la suerte de que el techo de la vivienda estaba construido de uralita y pudo contener la onda expansiva de la explosión de gas». J. T. ha visto la magnitud de los destrozos por las fotografías publicadas en las noticias. «Estaba muy aturdido en ese momento, pero recuerdo que estaba llena de escombros».
El policía nacional prefiere preservar su identidad para no alarmar a su familia. Gracias a su rápida actuación, J. T. puede seguir viendo crecer a sus hijos.
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