Una de las estancias de la casa abandonada donde ocurrieron los hechos. JESÚS SIGNES

El relato en directo de la violación grupal de Burjassot: «Ahora voy yo, deséame suerte»

La niña de 12 años se escondió en el sótano y envió mensajes a una amiga para contarle que estaban forzando a la otra menor en Burjassot

Javier Martínez

Valencia

Domingo, 22 de mayo 2022, 02:10

El relato es estremecedor. Una de las dos niñas violadas en una casa en ruinas de Burjassot transmitió en directo la agresión sexual, a través de una veintena de mensajes de WhatsApp y un vídeo, y expresó también el miedo que sentía tras ... esconderse en una habitación, poco antes de escapar, mientras un joven forzaba a la otra menor y tres chicos más hacían cola.

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La conversación fue encontrada por la Policía en el teléfono móvil de la víctima y figura en las diligencias que la Fiscalía entregó en el Juzgado de Menores número 2 de Valencia. La niña de 12 años envió los mensajes a una amiga con detalles de las agresiones sexuales, el dolor que sufrieron, el número de violadores y hasta el porcentaje de carga de batería (6%) que quedaba en su teléfono, según el indicador de la barra de estado, para avisar a la otra menor que el móvil iba a apagarse en cualquier momento.

«Estoy llorando. Tía, tía a mi amiga la están violando», escribió la víctima. «Me dicen que ahora voy yo. Ale, deséame suerte», añadió unos segundos después. La niña envió el primer mensaje a las 18:33 horas del 16 de mayo (el pasado lunes) tras ser violada, según ella, por uno de los dos chicos con los que habían quedado las dos menores a través de Instagram, aunque el joven asevera que la relación sexual fue consentida por ambos.

La versión de la niña de 12 años

Según la conversación de WhatsApp y la declaración de la niña de 12 años, ella y su amiga entraron de forma voluntaria en la casa en ruinas con la intención de darse besos con los dos chicos, aunque la otra menor le dijo que quería mantener relaciones sexuales con uno de ellos.

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Los dos jóvenes les dijeron que se quitaran la ropa y se acostaran en dos colchones en el sótano, luego comenzaron a tocarles sus partes íntimas y después mantuvieron relaciones sexuales plenas. La niña de 12 años le dijo entonces que parara porque le estaba haciendo daño y no quería seguir, pero el chico la cogió del cuello y le tapó la boca para forzarla, presuntamente, varias veces.

Unos minutos después, los cuatro menores se vistieron, salieron de la habitación y entonces las niñas vieron a otros cuatro jóvenes, todos ellos de la misma pandilla. Según la versión de la víctima, los chicos que acababan de llegar les propusieron volver a entrar en el sótano y las menores accedieron en un principio, pero luego ella se asustó y decidió marcharse, sin que nadie la retuviera, cuando vio que también se iba el chico que había mantenido relaciones sexuales con su amiga.

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Antes de salir de la casa, la niña se escondió en otra estancia porque temía que pudieran violar a su amiga, y fue entonces cuando vio la agresión sexual en grupo, escuchando incluso cómo los cinco jóvenes pedían su turno para forzar a la víctima. Durante 13 interminables minutos, la menor estuvo enviando los mensajes a otra amiga desde la habitación donde estaba oculta e incluso grabó un vídeo de un segundo con imágenes del suelo y un grito desgarrador. Estaba muy nerviosa y no quería que la descubrieran.

Fueron momentos de mucho miedo en los que la niña escribió frases muy cortas como «me quiero ir» y «me van a violar», y su amiga le contestó: «Me muero si te pasa algo», y le pidió que grabara más y que no dejara a la otra niña con los agresores.

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La conversación se reanuda seis minutos después, cuando la víctima ya había salido de la casa en ruinas, y es entonces cuando la amiga le pregunta dos veces si quiere que llame a la Policía. Y antes de que el móvil se apagara al agotarse la batería, la menor responde: «Vale, dile que estamos en Godella cerca del metro». Segundos después, la madre de la niña que había recibido los mensajes avisó de la violación a la Policía Local de Burjassot, que inició el operativo para buscar a las dos menores y alertó a la Policía Nacional.

La versión de la menor que sufrió la agresión sexual en grupo es muy diferente, ya que ella declaró ante la Policía que las obligaron a entrar en la caseta y las violaron. También afirmó que ella ofreció resistencia desde el primer momento, pero el primer agresor la inmovilizó y le quitó la ropa. Después la forzaron cinco jóvenes más, presuntamente, mientras la sujetaban por los brazos y piernas, se intercambiaban posiciones y le pegaban bofetadas.

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Contradicciones de las víctimas

Aunque las víctimas incurrieron en contradicciones sobre el posible consentimiento que la niña de 13 años habría dado para mantener relaciones sexuales con uno de los cinco jóvenes detenidos, tanto la Policía Nacional como la Fiscalía de Menores consideran que hay pruebas suficientes de la violación en grupo que sufrió una de las niñas y la agresión sexual que denunció la otra.

Sin embargo, la jueza decretó la libertad vigilada para los cinco menores arrestados «hasta la firmeza de la sentencia» tras valorar el atestado policial y las declaraciones tanto de las víctimas como de los detenidos. Los dos menores que quedaron con las niñas manifestaron que mantuvieron relaciones sexuales con ellas, pero afirman que fueron consentidas, y uno de ellos asegura que se asustó y se marchó cuando vio llegar a sus amigos de pandilla. Los otros tres jóvenes niegan haber estado en la casa donde sucedieron los hechos.

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