Así se resolvió el asesinato de 'Zobe'

David Giménez, alias 'Zobe' había quedado con unos compradores el 11 de octubre de 2023. Iba a venderles 1.000 pastillas de éxtasis. Una transacción que para él era «rutinaria». Se dedicaba al tráfico de drogas.

Zobe se había citado con Abel, uno de sus compradores habituales. En las conversaciones telefónicas mantenidas entre ellos que se recogen en el sumario de la Guardia Civil al que ha tenido acceso LAS PROVINCIAS se evidencia que ya se conocían.

«La última vez te cogí unas naranjas y las búhos», le dice uno de los arrestados a Zobe mientras acordaban el lugar y la hora para hacer el intercambio. Quedaron a la altura del número 9 de la calle del Párroco Eduardo Ballester de Benetússer.

El último mensaje de 'Zobe' se envió a las 20:40 horas. Le decía a Abel que se diera prisa en llegar. «He dejado a una chavala sola también», fue el último mensaje que envió. Una amiga suya lo esperaba para cenar juntos. Pero la víctima nunca regresó. Lo encontraron fallecido en un banco junto a las mil pastillas de estupefacientes que llevaba encima para vender y con la cena que acaba de comprar para su chica.

Múltiples testigos situaron a los sospechosos en el lugar del crimen y alertaron a las autoridades. Los vieron corriendo y chillando «date prisa» después de apretar el gatillo y acabar con la vida de 'Zobe'. Tras presuntamente cometer el crimen, los tres acusados huyeron en el coche de un cuarto investigado y se dirigieron hacia Turís. Las declaraciones de los arrestados son contradictorias. Se apuntan los unos a los otros.

David, de los detenidos, aseguró que no tenía ninguna implicación en los hechos y que no sabía nada de que se había cometido el asesinato ante el juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3 de Catarroja.

El investigado afirmó ante el juez que se dedica a hacer de «taxi pirata» (es decir, a desplazar a personas a sus destinos a cambio de dinero sin tener licencia para ello). Según mantuvo, le dijeron que los llevaran a Benetússer para comprar pastillas y que aparcara en un garaje al lado del lavadero con las luces del coche apagadas.

El hombre que ahora mismo cumple prisión provisional reconoció que ante tales indicaciones «se olió algo raro». Aun así, obedeció a lo que le pidieron. Según dijo David, escuchó que la conversación entre los tres pasajeros era extraña pero nunca pensó que fueran a matar a Zoobe, creyó que simplemente iban a robarle la mercancía. También relató que Josete (otro de los investigados) le confesó cuando le dejó en su casa le confesó que forcejeó con 'Zobe' y se le había disparado el arma.

Sin embargo, Josete negó en el juzgado las acusaciones de sus amigos. Negó que tuviera armas y dijo que sólo «utilizaba alguna navajita». Incluso trató de despistar sobre el móvil del crimen (un vuelco de drogas) alegando que no tenían pensado robar al ahora fallecido, si no que iban a comprarle las mil pastillas de éxtasis para después revenderlas en una fiesta.

Josete también defendió que ni siquiera vio el arma homicida. Según su declaración, simplemente oyó «un ruido fuerte». Trató de mostrarse a sí mismo como la víctima y a preguntas del Ministerio Fiscal alegó que el resto de los acusados «querían cargarle el muerto».

Abel, el joven que había pactado la compara con 'Zobe' también apuntó a que el que había efectuado el disparo había sido Josete. Mantuvo que los vio forcejeando y que escuchó el disparo y salió corriendo. Todos niegan haber visto el arma homicida: una pistola de calibre 22 milímetros. Además, trató de justificar que él simplemente actuó como un intermediario para que sus amigos compraran pastillas.

David Giménez (Zobe) falleció en el acto a pesar de los esfuerzos de los sanitarios por reanimarlo. La causa todavía se encuentra a espera de que se señale la fecha de juicio.

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