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REDACCIÓN
Martes, 22 de agosto 2017, 11:50
La puerta de entrada del centro de menores de Buñol se convirtió en la noche de ayer en el escenario de una monumental batalla campal entre numerosos internos del centro y varios jóvenes de la zona que acudieron hasta allí.
Sobre las nueve de la noche, y por causas que aún se están investigando, al parecer uno de los internos agredió a otro joven con una piedra. La respuesta fue prácticamente inmediata y hasta allí se desplazó un grupo de amigos del herido para, presuntamente, buscar al presunto agresor.
A partir de ahí, los golpes y las amenazas se fueron sucediendo. La brutalidad de las agresiones provocó que se personara inmediatamente una patrulla de la Guardia Civil, así como agentes de la Policía Autonómica, que procedieron a contener al numeroso grupo de personas que se había congregado frente al centro de menores CAM la Foia de Buñol.
Según fuentes municipales, la llegada de patrullas de la Guardia Civil consiguió apaciguar los ánimos de los dos bandos enfrentados ya que estaban muy caldeados. La Benemérita procedió a practicar varias detenciones y fue necesario que algunos de los participantes en la pelea necesitaran asistencia sanitaria, pero las mismas fuentes no supieron precisar si entre los detenidos o heridos había algún menor.
Según testigos presenciales, todo sucedió con rapidez. Desde la pedrada hasta la llegada del grupo de jóvenes, armados incluso con barras de hierro, apenas pasaron unos pocos minutos.
Desde ese momento, alrededor de una treintena de personas, entre los que se encontraban menores del centro, amigos del agredido y agentes de la Guardia Civil y la Policía Autonómica, fueron partícipes de una batalla campal. Las carreras se sucedieron por la calle en busca de una ‘presa’ a la que golpear.
«Si tienes cojones ahora me tocas a mí», espetó un joven a otro, según un testigo presencial, en lo que reflejaba el ambiente caldeado que se respiraba frente al centro de menores de Buñol.
Algunos de los presentes relataban cómo algunas jóvenes intentaban calmar a algunos de los agresores para que no continuaran con la pelea, sobre todo en el instante en que las fuerzas policiales habían hecho ya acto de presencia en las inmediaciones del centro y corrían de un lado a otro.
Pero todo fue en vano, los insultos y las amenazas continuaban sucediéndose sin que en un principio los agentes pudieran contener a los enervados jóvenes que no cesaban en su intento de vengar a su amigo herido de una pedrada.
Al final, los ánimos se fueron calmando, sobre todo cuando los agentes practicaron las primeras detenciones. Asimismo, algunos de los jóvenes que participaron en la reyerta tuvieron que ser trasladados hasta el centro de salud para curarles las heridas. Las mismas fuentes municipales no supieron confirmar si había menores entre los detenidos o los heridos.
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