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J. A. MARRAHÍ
VALENCIA.
Viernes, 24 de mayo 2019, 00:47
Los robos de cableado como los que se han producido en los últimos días en la línea férrea de la provincia de Valencia ocasionan retrasos de entre 15 y 20 minutos de media en todos los trenes, según el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF). Además, los ladrones que realizan los cortes en busca de cobre se exponen a un «gravísimo riesgo con descargas de hasta 25.000 voltios».
Cuando se produce un corte de cableado «se altera todo el sistema de señalizaciones en el tramo afectado». Como resultado de la acción delictiva, los semáforos se ponen en rojo, como si hubiera un obstáculo en la vía. En esta situación, el protocolo manda que los trenes se detengan y los maquinistas realicen unas comprobaciones previas con el personal de control antes de poder continuar la marcha. Y así en cada uno de los semáforos, lo que acumula los parones y origina los incómodos retrasos para los pasajeros. Tanto en los trenes de cercanías como en los de larga distancia.
Esas demoras, detallan desde ADIF, «dependen siempre de la magnitud del robo» y también de la rapidez de los técnicos en solventarla y paliar el trastorno de los semáforos ferroviarios.
En Ferrocarrils de la Generalitat (FGV) aseguran también que los robos en su red van a menos. «Hace unos años, los asaltos de ladrones de cobre afectaron al exterior de las líneas 1 y 2 y provocaron incidencias en tramos como los cercanos a Llíria, Bétera o Alginet. La compañía decidió «sustituir el cableado de señalizacion de cobre por aluminio, que no tiene valor en el mercado». La estrategia ha funcionado.
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