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J. MARTÍNEZ
VALENCIA.
Domingo, 6 de octubre 2019, 00:43
Las manifestaciones del auxiliar de enfermería sobre unas supuestas relaciones sexuales consentidas, entre él y la víctima, causaron la indignación de los trabajadores de la residencia y de los familiares de la víctima. «Mi hermana sufre un grave deterioro cognitivo, apenas habla y no es consciente de lo que hace, y por eso la ingresamos en la residencia. Está incapacitada para las actividades de la vida diaria, porque no se da cuenta de sus actos. ¿Cómo va a consentir una relación? Eso es una agresión sexual», afirmó con enojo la hermana de la víctima.
«Nosotros teníamos previsto sacarla de la residencia antes de que nos llamara la Guardia Civil. Pesaba solo cuarenta kilos y estaba muy débil. Cuando iba a visitarla veía cosas que no me gustaban. Los pulsadores de las habitaciones no funcionaban y los armarios de la habitación estaban rotos», añadió.
La mujer también está indignada porque entiende que su hermana estaba desamparada mientras algunos compañeros del hombre encarcelado habrían encubierto, presuntamente, los abusos sexuales por no denunciar las sospechas. «Había rumores de lo que pasaba y no hicieron nada», señaló.
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