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J. A. Marrahí
Viernes, 1 de abril 2022
La Policía Nacional ha aportado este viernes 1 de abril nuevos y sorprendentes detalles sobre la secta de Vistabella del Maestrat (Castellón) liderada por ... Antonio G. L., que se autodenominaba 'enviado de Dios' y atesoraba, entre otras riquezas, 103 relojes de alta gama.
Según fuentes de la Dirección General de la Policía, a los nueve arrestados se les imputa su presunta participación en los delitos de pertenencia a grupo criminal, delitos contra la libertad e indemnidad sexual y delitos patrimoniales, entre otros.
La investigación se inició el pasado año, cuando la Policía Nacional tuvo conocimiento de la existencia de una comunidad completamente «aislada y hermética» En ella, «con pretextos esotéricos y sanatorios», se estaban cometiendo presuntamente varios delitos y las víctimas «tenían limitada o anulada la capacidad crítica y la voluntad».
Los responsables de la investigación atribuyen al principal sospechoso un carácter «autoritario y carismático», conductas habituales en los líderes de las sectas. Y así describen su comportamiento ante sus adeptos: «Ejercía técnicas de persuasión coercitiva sobre sus seguidores desde una posición de superioridad y utilizando el engaño, llegando a anular su voluntad.
Según ahondan en la Policía Nacional, Antonio «conseguía mantener unos privilegios para él y para su familia, tanto económicos como sociales». A pesar de su actual y delicado estado de salud, el líder continuaba desempeñando su rol en la secta.
¿Cómo comenzó todo? A tenor de los datos recabados por los agentes, la comunidad se había establecido hace aproximadamente 30 años en el pequeño municipio castellonense. Al parecer, se gestó en sus inicios bajo fines humanitarios y sociales, como una hermandad de amigos.
Pero luego cambió. «Se fue transformando, poco a poco, en un grupo de carácter hermético y aislado, difícil de abandonar, hasta el punto de ser el único entorno conocido para algunos de sus integrantes», explica la Dirección General de la Policía. Pero lo más grave es que en el seno de la secta se llevaban a cabo delitos sexuales. También se organizaban unas reuniones nocturnas denominadas 'escuelas'.
Y se suma algo más: la presunta explotación laboral de los adeptos. El líder de la secta destructiva presuntamente sometía a los integrantes a «extenuantes jornadas de trabajo dentro y fuera de la masía» que ocupaban. Además, detallan los agentes, se exigía a las víctimas que realizaran aportaciones económicas bajo supuestos fines altruistas. Pero en realidad ese dinero y bienes acababa presuntamente desviado al patrimonio familiar del 'enviado de Dios'.
Las trampas y supuestos engaños quedan corroborados por la Policía con el resultado de los registros de las estancias de la secta en Vistabella y en otro domicilio. En ellos confiscaron a Antonio 103 relojes de alta gama y 15.000 euros en metálico, la mayoría en billetes de 50. Naturalmente, atesoraba abundante material pseudoreligioso y esotérico con el que procuraba influir en los adeptos. También hallaron los agentes varios documentos sobre el funcionamiento de la secta.
Tal y como informó este diario, la operación policial fue ejecutada el pasado martes 15 de marzo. Intervinieron, de forma conjunta, miembros de la Comisaría General de Información, de la Comisaría General de Policía Judicial (Unidad de Atención a la Familia y Mujer Central-UFAM) y la Brigada Provincial de Información de Castellón. Todo bajo la dirección del juzgado de instrucción número 6 de Castellón.
Tras la puesta a disposición judicial de los detenidos, la jueza decretó el ingreso en prisión del líder de la organización y de dos de sus colaboradores.
La Policía Nacional quiere combatir la presencia de sectas en España. Y para lograr destapar los grupos destructivos ha puesto en marcha un canal de información confidencial, una medida ya implantada para combatir otros delitos como los de trata de mujeres para la explotación sexual. Se trata del 'soplo' anónimo, la crucial colaboración ciudadana que tantas veces ayuda a poner a delincuentes ocultos ante la justicia y que funciona especialmente bien en aquellos casos en los que los sospechosos buscan la discreción y se rodean de grandes medidas de seguridad, lo que es habitual en el caso de las sectas.
Este nuevo mecanismo se articula en forma de un correo electrónico: sectasdestructivas@policia.es Cualquier comunicación a esta dirección de internet será analizada ahora por especialistas de la Comisaría General de Información. Como destacan desde la Dirección General de la Policía, «es un canal donde cualquier ciudadano», sea víctima de una secta o conocedor de sus peligros, «puede comunicar hechos relacionados» con estas comunidades nocivas. La Policía «garantiza en todo momento, el anonimato y la confidencialidad», destacan.
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