El hallazgo del cadáver de una recién nacida en la planta de residuos de Manises esta noche ha recordado a otro caso ocurrido el 26 de noviembre de 2013, cuando otro macabro descubrimiento paralizó la misma planta. Un trabajador descubrió el cuerpo sin vida de un niño recién nacido en la cinta transportadora. El bebé llevaba el cordón umbilical sin pinzar ni atar, por lo que la investigación también se centró en un infanticidio.
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El cuerpo sin vida fue localizado sobre las cuatro de la madrugada de un martes durante el proceso de reciclaje de los residuos descargados esa misma noche. Tras parar la maquinaria y comprobar que se trataba de un bebé fallecido, un empleado de la planta llamó al teléfono de emergencias 112 e informó del tétrico hallazgo. Poco después llegaron al lugar una patrulla de la Guardia Civil y otra de la Policía Local de Manises. También se movilizó un equipo del Servicio de Ayuda Médica Urgente (SAMU) ante la posibilidad de que la víctima mantuviera un hilo de vida. Pero no fue así. Los sanitarios sólo certificaron la muerte del neonato. Su corazón había dejado de latir varias horas antes.
El Grupo de Homicidios de la Guardia Civil de Valencia asumió las investigaciones para identificar a la madre. Un infanticidio cometido en una vivienda de la comarca de l'Horta fue entonces también la principal hipótesis que barajaron los agentes de la Guardia Civil tras la minuciosa inspección del cadáver y las primeras pesquisas que realizaron en la planta de Manises
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