«Sentí mucho miedo y no grité porque temía que me dieran una paliza»

La víctima escuchaba lo que hablaban sus agresores mientras la violaban, pero no podía ver sus caras. «Ahora te toca a ti», dijo uno de los individuos, pero la joven desconoce si se referían al consumo de cocaína o a la agresión sexual, porque ella no veía nada. Estaba con la cabeza bajada todo el tiempo después de que los tres jóvenes la sujetaran por el cuello y la empujaran contra la parte trasera de una furgoneta.

El relato de la víctima es estremecedor. Tras tomarle declaración en dos ocasiones, los policías que investigan la violación grupal dan credibilidad al testimonio de la joven, que ha mantenido siempre la misma versión.

Aunque el número de implicados podrían ser cuatro y no tres, como parece recordar la víctima, los hechos denunciados coinciden con las imágenes grabadas por una cámara de vigilancia. La joven declaró que sintió mucho miedo cuando la forzaron y que no gritó para pedir auxilio, porque pensaba que si lo hacía le pegarían una paliza.

Como ya informó LAS PROVINCIAS, los hechos sucedieron sobre las cinco de la madrugada del pasado 28 de octubre (sábado) en un solar utilizado como aparcamiento a escasos metros de la discoteca y un cuartel de la Guardia Civil.

La chica conoció a los tres jóvenes en la terraza del local y se dirigió con uno de ellos al descampado. Los otros dos individuos estaban escondidos detrás de un vehículo y aparecieron por sorpresa para sujetar a la víctima y violarla.

Durante su declaración, la chica manifestó que ofreció resistencia con sus codos, la única parte de su cuerpo que no sujetaban los agresores, y que les dijo varias veces que no quería mantener relaciones sexuales con ellos con frases como «que no quiero», «que me dejéis irme» y «que paréis ya».

Como se trataban de tres varones, la víctima se sintió acorralada y no logró zafarse hasta que otros dos jóvenes que pasaban por el lugar recriminaron a los agresores su actitud violenta: «Dejadla, no veis que no quiere».

La víctima aprovechó entonces para escapar tras abrirse paso a codazos y se dirigió hacia la discoteca para pedir auxilio, pero un chico se cruzó en su camino y le ayudó a buscar su bolso tras regresar al lugar donde la habían violado. Los agresores ya se habían ido.

Tras localizar su bolso en el suelo, la víctima comprobó que su teléfono no estaba dentro y pidió al joven que le dejara el suyo para hacer una llamada a su móvil y así escucharía los tonos si se encontraba en el descampado. Contestó su amiga desde dentro de la discoteca, y le dijo que saliera para contarle que la habían violado. La chica había bebido alcohol y no se acordaba de que su amiga le estaba guardando el móvil.

Después de pedir auxilio a un vigilante y un guardia civil, estos acompañaron a la víctima al solar para buscar a los violadores, y en ese preciso instante una cámara de seguridad graba cómo cuatro sospechosos suben a un vehículo de color blanco y huyen a gran velocidad.

Eran los agresores sexuales, según las investigaciones, y se entregaron días después a la Policía cuando supieron que habían sido identificados. Uno de ellos, el conductor del coche, era el mismo joven que había ayudado a la víctima a buscar su bolso. Su número de teléfono ya lo tenía la Policía porque había quedado grabado en el móvil de la víctima. Tras visionar las grabaciones de las cámaras de vigilancia, la Policía comprobó que este joven estaba junto a sus tres amigos en el momento de la violación en grupo en el descampado.

Los agentes de la Unidad de Familia y Mujer (UFAM) de la Policía Nacional, que se hicieron cargo de las investigaciones, detuvieron a los tres jóvenes por un delito de agresión sexual, pero solo ingresó en prisión uno de ellos. Los tres individuos tienen 23 años y cuentan con antecedentes delictivos, dos de ellos por delitos sexuales.

Aunque se acogieron a su derecho a no prestar declaración, uno de los detenidos admitió que había mantenido relaciones sexuales con la denunciante, pero afirmó que fueron con el consentimiento de la chica. Un testigo que presenció desde lejos los hechos declaró ante los investigadores de la UFAM que no vio a la víctima ofrecer resistencia ni pedir ayuda a un grupo de jóvenes que estaban a escasos metros. La Policía busca a un cuarto individuo implicado en la agresión sexual.