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El interior de las viviendas de Campanar después del fuego. LP

El 'síndrome Campanar', presente en miles de casas

Expertos de la construcción piden que se endurezcan la normativa para prevenir incendios

Lunes, 15 de julio 2024, 01:38

La rapidez con la que se extendieron las llamas devorando el edificio de Campanar conmocionó a todo el panorama nacional. Se habló mucho de ... cómo el fuego calcinó la fachada en cuestión de instantes, pero desde el Gremi de Rajolers y la Asociación de Fabricantes de Ladrillos y Tejas de la Comunitat Valenciana denuncian también que las paredes interiores de la finca desaparecieron.

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Los profesionales exigen que se endurezcan las normativas en materia de prevención de incendios. Las normas en relación a la construcción de fachadas sí que se han actualizado, no ocurre lo mismo en el caso de las paredes interiores, que siguen edificándose según los criterios que se establecieron hace 25 años.

Según Elena Santiago, la secretaria general de Hispalyt (Asociación Española de Fabricantes de Ladrillos y Tejas de Arcilla Cocida), «el incendio debería servir para que se endurezcan las normativas en prevención, como ocurrió con el fuego de la Torre de Grenfell en Londres que hizo que se cambiaran muchas de las normas establecidas». La virulencia de las llamas del incendio en la finca de Campanar del pasado mes de febrero no dejó a nadie indiferente. Sin embargo, Santiago considera que la población sólo se quedó con la imagen de esa fachada completamente destrozada «pero pasó desapercibido cómo se derrumbaron las paredes interiores. Las casas se quedaron completamente diáfanas», señala la secretaria general de Hispalyt.

Ya se habló de la composición de la fachada de la finca: ladrillo, lana mineral y un composite de aluminio con núcleo de polietileno que actuó como combustible y fue determinante en la impresionante propagación del fuego. Pero, ¿qué ocurrió con las paredes interiores? Elena Santiago explica que estaban formadas por cartón yeso (comúnmente conocido como pladur). «El yeso se cuartea y se cae por eso es importante que si se construye con este material se añada placas cortafuegos», detalla Santiago.

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Entre las propuestas planteadas por la Asociación de Fabricantes de Ladrillos y Tejas está que los materiales que se emplean para fabricar las paredes separadoras tenga una resistencia de 120 minutos desde que se inician las llamas (la actual normativa sólo exige la mitad: una resistencia de 60 minutos). Además, solicitan que se examine la resistencia al fuego de los tabiques dado que actualmente no se les exige que cumplan con ningún tipo de criterio.

En opinión de los expertos, las soluciones constructivas que hay ahora «son poco seguras». La secretaria general de Hispalyt (Asociación Española de Fabricantes de Ladrillos y Tejas de Arcilla Cocida) comenta que es imposible calcular cuántas viviendas en la Comunitat Valenciana están hechas de pladur (es decir, del mismo material que la finca de Campanar). Podríamos estar hablando de miles de casas dado que se trata de un material muy común. Como una buena alternativa al pladur, Elena Santiago recomienda las construcciones de ladrillo cerámico por su resistencia al fuego, aunque para los edificios que ya estén hechos de cartón yeso lo recomendable sería añadirles la plancha cortafuegos.

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El presidente del Gremi de Rajolers, Francisco Morant, afirma: «En España se declaran más de 50 incendios en viviendas al día, debido en gran parte al aumento de aparatos electrónicos. Es necesario endurecer la normativa española y promover el uso de materiales con la mejor reacción y resistencia posible ante el fuego».

Variables de la tragedia

No sólo influyeron los materiales de la finca calcinada en la rápida extensión del fuego. Antonio Roda, asesor de la Fundación Fuego, apunta: «El viento influyó en un 65% en la propagación de las llamas». Las condiciones climáticas de aquel fatídico día fueron determinantes para que se diera la catástrofe.

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El profesional también pone en valor la actuación de los bomberos que no dudaron «en jugarse la vida».

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