«Lo tapé con una manta. No se movía»

El silencio es la nota casi predominante en Serra. Sólo un bando en el que se anuncia un viaje a Caravaca de la Cruz el próximo mes de mayo rompe un día gris y triste en el municipio del Camp de Túria. La noticia del fallecimiento de José M. N., de 21 años, ha corrido como la pólvora por el municipio pero aún hay vecinos que no lo saben y que, al conocer el triste desenlace, se muestran muy sorprendidos: «No puede ser, no es posible», señala una mujer mientras se tapa la mano con la boca en un gesto de horror.

En el punto en que se produjo el atropello intencionado aún hay señales de lo que ocurrió en la tarde del domingo. Junto a los restos de sangre que aún se adivinan hay una señal de la rueda del coche que reventó debido a la violencia del choque.

«Eran las seis de la tarde más o menos», relata un vecino. Recuerda que estaba sentado en su casa, tranquilamente, «con las ventanas cerradas, cuando escuché un ruido estruendoso. Me asomé a la ventana y lo primero que vi fue a un chico gritando: 'Se ha dado a la fuga, coged la matrícula'». Inmediatamente su atención se giró hacia José, quien, tras haber sido atropellado, estaba con la cabeza junto a la acera en medio de un reguero de sangre.

Otra vecina explica que aún recuerda lo ocurrido «porque fue muy desagradable. Nada más bajar lo tapé con una manta», mientras recuerda que «apenas se movía», por lo que los peores augurios que se cumplieron unas horas después ya sobrevolaban la zona. Entre las primeras personas que llegaron está una médico, quien atendió como pudo al joven, que poco después fue trasladado en ambulancia al hospital La Fe de Valencia.

Los testigos del hecho también recuerdan cómo la colaboración ciudadana fue clave para localizar al autor del atropello minutos después, con su vehículo oculto en un callejón sin salida del término municipal.

El joven fallecido, de 21 años de edad, no se prodigaba en exceso por el municipio según señalan algunos vecinos: «Tenía sus amigos fuera. No venía mucho por aquí». Otro de los habitantes de Serra explica que hace algún tiempo José había tenido algunos pequeños incidentes en el municipio «al haber robado algún bolso a una señora mayor». En la tarde en que se produjo el atropello llevaba «un cuchillo pequeño en el bolsillo», han apuntado algunos vecinos, que podría querer utilizar para un posible enfrentamiento con la persona que presuntamente después acabó con su vida.

Aunque no fue muy constante con sus trabajos, uno de los que realizó estaba relacionado con la jardinería, según le comentó a un amigo. Además, en su juventud asistió al instituto Les Alfàbegues de Bétera.

José había sido adoptado, al igual que lo fue su hermana. Sus padres «son dos bellísimas personas. Honrados y buena gente», apuntan algunos vecinos. Su padre trabajaba en una fábrica de productos fitosanitarios mientras que la madre del fallecido había sido concejala socialista en el municipio en una anterior legislatura.

«Éste es un pueblo tranquilo. Ésta es una tragedia de las que te mueven el cuerpo», ha concluido un vecino.

Desde el Ayuntamiento se prevé la condena de este hecho con un minuto de silencio en el pleno que está previsto celebrarse en la tarde de este miércoles, un día de luto oficial, que también será este miércoles, y la bajada a media asta de las banderas en los edificios municipales.

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