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El rugido de unos disparos ha vuelto a estremecer al barrio de La Coma. El gatillo se ha apretado dos veces en la plaza Benicarló. ... Una primera vez, a las tres de la madrugada. El segundo tiro, al amanecer. Cuando la Policía ha acudido, en la conflictiva zona de Paterna ha imperado la ley del silencio: nadie sabía nada, nadie había visto nada.
Los vecinos temen que los delincuentes tomen represalias contra ellos en caso de delatarles. Todo apunta a que se han tratado de disparos intimidatorios. No ha habido ningún herido. Pero el ambiente en el peligroso barrio ha vuelto a caldearse.
La Coma es conocida por los constantes enfrentamientos entre familias de clanes rivales. Esta vez, se han tratado de tiros al aire. Pero la inseguridad de la zona sigue creciendo a pasos agigantados: los vecinos no saben si los próximos disparos irán dirigidos a un blanco.
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Las «advertencias» a punta de pistola no son algo nuevo por La Coma. Ya en 2023 fueron tres los disparos al aire. Misma situación: los delincuentes lograron fugarse del escenario antes de que llegaran las autoridades. Como prueba del conflicto sólo quedaron tres casquillos de 9 milímetros desperdigados por el suelo.
En esta pasada ocasión, la trifulca también vino por las desavenencias entre dos clanes de etnia gitana que residen en el barrio.
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