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La persecución de Benimaclet se salda con cinco policías lesionados y un delincuente herido de bala

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Impactos de bala en la parte delantera en el coche. LP

La persecución de Benimaclet se salda con cinco policías lesionados y un delincuente herido de bala

El conductor temerario intentó escapar cuando lo trasladaron al centro de salud y dijo a un agente que le pegaría un tiro si lograba quitarle el arma | La Policía Local impidió que el individuo circulara con un coche en sentido contrario por calles muy concurridas

J. Martínez/J. A. Marrahí

Valencia

Sábado, 14 de septiembre 2024

Una persecución policial se saldó ayer con cinco agentes lesionados y un delincuente herido de bala, Manuel B. H., de 31 años de edad, en el barrio valenciano de Benimaclet. El suceso ocurrió minutos después de las cinco de la tarde de este sábado en las inmediaciones del campo de fútbol del Levante Unión Deportiva.

Una patrulla de la Policía Local dio el alto al conductor de un Ford Escort que circulaba de forma temeraria en la avenida Emilio Baró, pero el individuo no paró, intentó atropellar a un policía, que se apartó en el último momento, y huyó en dirección a la avenida de Alfahuir.

Los agentes iniciaron entonces una persecución, y el delincuente circuló en sentido contrario por la calle Santa Genoveva Torres con gran riesgo de provocar un accidente o atropellar a peatones. Además, hizo caso omiso de las indicaciones de otras patrullas para que detuviera el coche, colisionó contra un vehículo estacionado y casi arrolla a varias personas junto a un supermercado en la calle Arquitecto Tolsa.

Los policías continuaron la persecución hasta la avenida de Valladolid, donde el conductor temerario se saltó varios semáforos en rojo, y en la calle Mistral varias patrullas lograron interceptarlo tras cerrarle el paso. Pero otra vez, el individuo embistió a los policías cuando intentaban sacarlo del vehículo, apretó el acelerador y chocó contra un coche patrulla. Según los testigos, fue entonces cuando un inspector disparó a las ruedas y el motor del Ford Escort. Los vecinos oyeron una decena de tiros.

El fugitivo abandonó el vehículo poco después, con agujeros en tres ruedas por los disparos, y continuó la huida a pie, aunque fue alcanzado y apresado por un policía y el inspector que había realizado los disparos. El delincuente llevaba en su mano una bolsa de plástico con dinero y unos cogollos de marihuana. Tras ser engrilletado, otra patrulla de la Policía Local lo trasladó a un centro de salud para que recibiera atención médica, pero rechazó la asistencia y trató de escapar.

Dos policías locales evitaron la fuga tras un forcejeo, volvieron a inmovilizarlo y lo llevaron al complejo de Zapadores, donde fue encerrado en un calabozo. Poco después, el individuo notó que tenía un orificio en un pie, una herida de bala, por lo que fue trasladado en una ambulancia al Hospital Doctor Peset, y posteriormente lo llevaron al Hospital de Manises, donde se encuentra ingresado.

Tres agentes y dos inspectores de la Policía Local de Valencia sufrieron también lesiones leves durante la persecución y el forcejeo que mantuvieron con el hombre cuando intentó escapar. El delincuente detenido, que está acusado de los delitos de atentado a un agente de la autoridad y conducción temeraria, amenazó de muerte a uno de los policías. Dijo a un agente que tuviera cuidado porque le iba a pegar un tiro si le quitaba el arma. Un vigilante del centro de salud fue testigo de la grave amenaza.

Manuel B. H., de 31 años de edad y vecino de Quart de Poblet, tiene numerosos antecedentes policiales por diferentes delitos, entre ellos el de atentado a un agente de la autoridad. Los agentes le intervinieron una dosis de cocaína que llevaba entre sus ropas y unos cogollos de cocaína. Durante el registro del vehículo, los policías no hallaron más drogas.

Varios de los tiros impactaron en la parte delantera del vehículo. El coche que conducía el individuo es propiedad de su hermana. Una grúa trasladó el Ford Escort al complejo de Zapadores, donde fue inspeccionado por la Policía Científica.

Alerta antiterrorista

Los policías locales que dieron el alto al individuo participaban en el operativo de seguridad con motivo del partido que el Levante jugó contra el Eldense. Ante el nivel de alerta antiterrorista en eventos deportivos y lugares con gran afluencia de personas, los agentes de la Policía Local trataron de impedir que el individuo circulara con un coche en sentido contrario por calles muy concurridas por la celebración del partido de fútbol y la instalación de un mercadillo medieval.

El tiroteo tuvo lugar junto a un bar de la calle Francesc Martínez del barrio de Benimaclet. El miedo y la sorpresa se adueñaron de los diez vecinos que consumían refrescos o tapas en la terraza del Bar Alfábrega, justo en la esquina con la calle Mistral.

La propietaria, que también trabajaba en ese instante sirviendo a los clientes, es Aida Redad. Según describió, el delincuente «avanzaba a gran velocidad y en sentido contrario» por la calle Francesc Martínez. «Tanto que el coche casi vuelca al llegar a la curva hacia la calle Mistral», añadió. En esta esquina fue interceptado por varios coches de la Policía Local que le perseguían y fue en este punto del barrio donde el inspector realizó los disparos.

Según su relato, «rodearon el vehículo unos cinco o seis policías y algunos comenzaron a disparar a las ruedas y al capó, donde está el motor». Al parecer, «no había manera de que el conductor bajara. El tío pegó otro acelerón y siguió avanzando por la calle Mistral». Según varios vecinos, el hombre fue interceptado unas calles mas allá, junto a un mercadillo medieval instalado en el corazón de Benimaclet.

Aida todavía no entiende cómo no se ocultó tras escuchar los disparos. «Me he quedado petrificada. No me lo esperaba. La verdad es que ha sido un poco temeraria, pero he confiado en los policías y su puntería», reflexionó.

Los impactos de bala causaron daños en el motor y un derrame de líquidos del vehículo. Ese largo reguero sobre el asfalto dejó constancia del suceso y marcó el camino seguido por el delincuente en su tramo final antes de huir a pie. Como Aida, la mayoría de los testigos en las terrazas no se movieron de sus sillas. «Yo creo que nadie se esperaba que fueran a disparar», agregó la dueña del bar.

Dos de las personas que estaban en la terraza optaron por refugiarse detrás de la barra. Una de ellas, Amparo, de 62 años de edad, manifestó con el rostro cariacontecido: «Ha sido terrible. Daba miedo. Jamás he vivido algo tan peligroso». La mujer estaba sentada. «Ha venido el coche muy deprisa. Me he metido dentro y ya no he querido salir del bar hasta que acabara el lío. Tenía mucho miedo», explicó Amparo.

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