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Javier Rodríguez Huedo fue aclamado en los ruedos tras tomar la alternativa de manos de Ortega Cano. Y, vaivenes de la vida, ha tenido que vérselas con la justicia al igual que éste último. Ayer, el diestro afincado en la Pobla de Vallbona se sentó en un banquillo de la Ciudad de la Justicia, en la sección tercera de la Audiencia Provincial de Valencia. Sobre él, una grave y peculiar acusación: la de fingir y denunciar los robos de caros trajes de luces y otros utensilios de tauromaquia, durante tres años consecutivos, de su vivienda familiar en la localidad valenciana.
Según la fiscalía, tales robos no fueron tal, sino maquinaciones del diestro para cobrar cuantiosas indemnizaciones del seguro que luego, supuestamente, el torero no empleó en reponer sus pertenencias para la lidia. Tras la investigación de la Guardia Civil que acabó con la detención del diestro, el Ministerio Público pide que pase seis años en prisión por simulación de delito, estafa y falsedad documental, además del pago de una multa.
La acusación particular, que representa a una de las compañía aseguradoras afectadas por el presunto fraude, mantiene las mismas peticiones que la fiscal encargada del caso. Por contra, la defensa del torero trata de argumentar una actuación legítima del diestro. Pide su libre absolución al entender que los robos fueron reales y el sospechoso cuenta con documentación y testigos necesarios para demostrar su inocencia.
Siempre según la fiscalía, los robos se produjeron en las mismas fechas, finales de año de 2011, 2012 y 2013, coincidiendo con el término de la temporada de toreo. Se trataba de supuestas entradas en su vivienda unifamiliar en la que aparecían vallas, ventanas y diferentes cierres forzados.
Tal y como publicó en su día la extinta Interviu, que destapó el caso, el robo de 2011 fue denunciado por la esposa del torero y alegó la sustracción de objetos por valor de 56.000 euros. Ya al año siguiente, el valor de lo robado se estimó en más de 63.000 euros. Por último, en 2013, la nueva denuncia del diestro aludía a un valor próximo a los 80.000 euros. En suma, casi 200.000 euros. Pero en esta tercera ocasión, él se convirtió en el principal sospechoso de los... ¿robos?
Para empezar, el torero denunciaba una muy detallada falta de elementos con sus correspondientes precios. A grandes rasgos, decía que le habían quitado sus trajes de lidia, capotes, estoques, joyas y también electrodomésticos de la casa. Al tercer robo, la Guardia Civil abrió una investigación que acabó con el diestro valenciano como principal sospechoso. Las cosas no cuadraban y, entre otras cosas, las empresas y tiendas en las que decía haber adquirido los elementos robados negaban dichas compras, lo que desenmascaraba una supuesta organización por parte de Rodríguez para engañar al seguro.
El acusado declaró ayer tranquilo y aferrado a dos ideas: «los robos fueron reales», todos y cada uno de ellos. «Y tuve que reponer todo lo que me quitaron para poder seguir toreando, un traje nuevo todas las veces», desgranó ante el tribunal.
Según el diestro, «nadie sospechó de mí en la policía o en la Guardia Civil cuando yo denuncié los robos. Incluso me dijeron que podían ser mafias, que había muchos robos por la zona y que era algo normal». El diestro mantuvo que su casa aparecía «revuelta, con ventanas, vallas y persianas rotas, pisadas en la casa...».
En definitiva, negó haber urdido el plan del que se le acusa. Defendió lo legítimo de sus actuaciones y aseguró que repuso los trajes de luces y utensilios para la lidia con el dinero que obtuvo de las compañías. Frente a la acusación de falsear facturas, dijo disponer de «correos electrónicos y 'pantallazos'» que corroborarían el correcto empleo de la indemnización.
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