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Un policía busca droga en un coche en una operación antidroga en las Casitas Rosa. JAVIER PEIRÓ
Trece presuntos traficantes de las Casitas Rosa se enfrentan a penas de hasta seis años de cárcel

Trece presuntos traficantes de las Casitas Rosa se enfrentan a penas de hasta seis años de cárcel

Algunos delincuentes colocan rejas y puertas blindadas en los pasillos de sus casas para ganar tiempo para deshacerse de la droga cuando la Policía realiza las redadas

J. martínez

Domingo, 31 de octubre 2021, 23:33

La Fiscalía de Valencia solicita penas que oscilan entre los cuatro años y medio y los seis años de prisión, por un delito contra la salud pública, para 13 presuntos traficantes que se sentarán mañana en el banquillo de los acusados.

El juicio está previsto que comience a partir de las diez de la mañana ante el tribunal de la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Valencia. Los procesados están acusados de traficar con sustancias estupefacientes en la zona conocida como las Casitas Rosa en el barrio de la Malvarrosa en Valencia.

Según el escrito de acusación de la Fiscalía, once de los procesados se dedicaban a vender drogas a los toxicómanos que se acercaban a la conflictiva barriada a cualquier hora del día, y los otros dos eran los encargados de proveer las sustancias estupefacientes al resto de acusados. La Policía Nacional detuvo al grupo de presuntos traficantes tras una ardua investigación.

La Unidad de Drogas y Crimen Organizado (Udyco) de la Jefatura Superior de Policía de Valencia y los agentes de la comisaría del Marítimo han desarticulado en los últimos años varios grupos que vendían drogas en las Casitas Rosa. La mayoría de los detenidos en estas operaciones son de etnia gitana y tienen numerosos antecedentes por delitos contra la salud pública.

Las redadas antidroga se repiten con cierta frecuencia en una barriada donde los traficantes ocupan numerosos pisos. Sin embargo, la Policía se encuentra cada vez con más dificultades debido a las medidas de seguridad que adoptan los delincuentes.

Algunos colocan rejas y puertas blindadas en los pasillos de sus casas. Esto les permite ganar tiempo para deshacerse de la droga cuando se produce un registro por sorpresa. En algunas operaciones, la Policía ha encontrado recipientes con líquidos corrosivos donde los traficantes acababan de destruir la cocaína.

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