Tres años con su mujer y una vida sacudida por la enfermedad

Isaac Guillén Torrijos era originario de la localidad conquense de Cardenete, de apenas 500 habitantes y donde aún viven algunos familiares. Allí solía ir a pasar temporadas en verano y posee una propiedad, según una vecina del pueblo. Estaba casado con Beatriz F. C. desde hace tres años y era padre de dos hijos con una anterior pareja.

Tras recalar en Valencia y antes de que la enfermedad le impidiera trabajar se convirtió en policía local de Catarroja. Fue en octubre de 2004 y sirvió en el cuerpo durante una década. A partir de 2014 ya tuvo que lidiar con los impedimentos de la ataraxia cerebolosa, la misma enfermedad que, según conocidos de la víctima, afectó a su abuela y a su madre, ambas fallecidas. Fue por esas fechas cuando conoció a Beatriz, una portera valenciana de 41 años y madre de un hijo de 17 con la que finalmente contrajo matrimonio hace tres años.

Como pudo confirmar este diario, Isaac vivió hasta hace un año en Valterna (Paterna), donde lo recuerdan como «un hombre siempre servicial y educado, con alegría y sonrisa a pesar de su enfermedad». Hoy ese piso está alquilado y su residencia habitual hasta el momento de su desaparición se ubicaba en Ausiàs March, en Valencia.