Vallan la fábrica asaltada por una banda con toneladas de amianto abandonado

«Peligro, materias nocivas». Este es el cartel que recibe a todos aquellos que pasan por la puerta de la antigua fábrica de sanitarios Porsan, en el término municipal de Chiva y junto a la autovía A-3 en dirección a Madrid. Un batallón de españoles y búlgaros desmanteló hace algunas semanas una instalación con toneladas de amianto en sus techos con el objetivo de sacar todo el hierro posible para venderlo en chatarrerías. La operación «Heavy Metal» desarticuló a la banda e identificó a 55 personas como posibles responsables de 59 delitos contra el patrimonio por hurto y sustracción de metales. El último propietario de las naves fue Baños Struch, que entró en concurso de acreedores y dejó sin actividad la fábrica. Las instalaciones pasaron a manos del banco que soportaba la deuda de la firma de sanitarios, que no pudo hacer frente a sus pagos. La entidad es la que se ha encargado del vallado de las instalaciones tras la alarma por el abandono de toneladas de amianto.

Ni el Ayuntamiento de Chiva ni la conselleria de Medio Ambiente asumieron la retirada del amianto, una tarea que implica una costosa suma de dinero y un protocolo de seguridad minucioso. El Consistorio se comprometió a vallar el recinto si sus propietarios no tomaban medidas para establecer un perímetro de seguridad y evitar en la medida de lo posible la entrada de personas a las naves abandonadas. La fábrica está ubicada entre caminos, que puede ser transitados por peatones y gente con bicicleta. Las naves eran un espacio atractivo para niños que pasearan en bicicleta.

«El Ayuntamiento recurrió al titular de la nave para ejecutar el vallado, desescombro, retirada de amianto y materiales peligrosos. Se les ha dado un plazo de un mes a partir de la notificación -el plazo cumple la semana que viene-. La pelota está en el tejado de los propietarios de las naves», señaló el concejal de Medio Ambiente de Chiva, Francisco Navarro, en el último pleno municipal. El vallado se ha ejecutado pero los escombros y los restos de amianto siguen en la nave.

Al amianto se le conoce popularmente como uralita, al tomar el nombre de la empresa que lo fabricaba y que era propietaria de las antiguas naves de Porsan. Esta compuesto por una serie de fibras microscópicas que se pueden suspender en el aire. El asbesto, como se conoce también al amianto, causa cáncer de pulmón y fibrosis, entre otras enfermedades graves. Las personas que fueron identificadas tras desmantelar las instalaciones usaban sopletes de acetileno para cortar vigas de acero. Con su actuación provocaron derrumbes en los techados y en el suelo quedaron grandes placas de fibrocemento.

Desde el Ayuntamiento van a mantener un control periódico sobre el estado de las instalaciones y controlar si se retiran los materiales peligrosos. Una labor que sólo pueden realizar empresas especializadas.