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Con rapidez, destreza y sin violencia contra las personas. Así actúan las bandas que roban en chalés cercanos al bosque de la Vallesa, el ... pulmón del parque natural del Turia. Los ladrones se llevan dinero y joyas tras forzar una ventana o una puerta en un abrir y cerrar de ojos, y no suelen apoderarse de objetos de valor de gran tamaño ni de aparatos electrónicos con sistemas de geolocalización que pueden delatarlos.
La oleada de robos en urbanizaciones de Paterna, San Antonio de Benagéber, l'Eliana, Bétera, Godella y Ribarroja ha causado una gran alarma. El 112 recibe casi todos los días llamadas de vecinos que sorprenden a ladrones en sus casas o los ven saltar una valla. La inquietud y el sobresalto causado por el riesgo que amenaza a cientos de hogares ha disparado la demanda de sistemas de alarma.
La preocupación es tan grande que algunos vecinos han puesto sus casas a la venta y otros se han trasladado a vivir a otras poblaciones y no quieren regresar a sus chalés hasta que nos disminuyan los robos.
Con moradores dentro o casas vacías, los murcigleros actúan en grupo para cometer el mayor número posible de robos en una noche. Uno o dos individuos entran en los chalés mientras otro vigila detrás de un contenedor o agazapado dentro de un coche.
Plan de huida
Meten el botín en una mochila, y en el caso de que sean descubiertos, como ha sucedido ya varias veces, se adentran en la Vallesa para ocultarse y salen horas después cuando se retiran las patrullas policiales. Pero ¿por qué se esconden en el bosque? Los arbustos, la oscuridad y la multitud de salidas y vías de escape por seis municipios hacen casi imposible la captura de unos individuos muy ágiles. Además, visten ropas oscuras y reptan si es necesario como los militares de las fuerzas especiales.
Tras esconderse durante un tiempo prudencial, acuden al punto de reunión, un lugar acordado con anterioridad para que un compinche los recoja con su vehículo. En el caso de que algún miembro de la banda no logre eludir el cerco policial y sea detenido, están instruidos para mentir y no facilitar ningún dato sobre los domicilios y pisos francos que utiliza el grupo delictivo.
Para dificultar las investigaciones policiales, cambian de residencia hasta varias veces al mes, colocan placas falsas de matrícula a los coches que sustraen, no llevan sus teléfonos móviles cuando delinquen y se intercambian con otros miembros de la banda que actúan en otras provincias españolas.
Cuando la noche se tuerce porque suena la alarma o son descubiertos por las víctimas del robo, prefieren huir a emplear la violencia contra las personas. Conocen al dedillo nuestro Código Penal y saben muy bien cómo eludir la cárcel en el supuesto caso de que fueran detenidos. Y por eso no llevan armas ni se enfrentan a los vecinos. Roban con silencio cauteloso y huyen.
La Guardia Civil sospecha que dos bandas, al menos, están detrás de la oleada de robos. Aunque no hay datos oficiales sobre el número de asaltos y denuncias, la cifra de delitos supera el centenar con la suma en los últimos meses de todas las intervenciones de las policías locales, vigilantes de las urbanizaciones, Policía Nacional y Guardia Civil.
Los ladrones que actúan en la zona de la Vallesa suelen cometer los robos de noche en diferentes franjas horarias y han llegado a entrar en una decena de chalés en pocas horas, según las denuncias y avisos recibidos por las fuerzas de seguridad.
Bandas del Europa del Este
Por el método que emplean y la forma en la que huyen, los robos llevan el sello de las bandas de Europa del Este desarticuladas por la Guardia Civil y la Policía Nacional en los últimos años en España. Según los testigos, tres o cuatro individuos suben al mismo vehículo horas después de desvalijar varias casas. Esto explicaría los avisos sucesivos de robos que reciben las fuerzas de seguridad y el 112 en poco tiempo en una misma noche.
Aunque prefieren que no haya moradores en el chalé, algunas veces entran en el domicilio y roban mientras las víctimas duermen o ven la televisión en otras habitaciones. Tras la oleada de delitos, los vecinos reclaman mayor presencia policial y refuerzan las medidas de seguridad en sus casas con la instalación de sistemas de alarma o videovigilancia.
Entre las víctimas de estos robos se encuentran empresarios, periodistas, médicos, militares y conocidos futbolistas. En 2919, dos jugadores del Valencia y uno del Villareal sufrieron asaltos en sus casas en la urbanización Torre en Conill, en el término municipal de Bétera, mientras jugaban un partido o estaban concentrados con su equipo.
El 6 de enero de este año, dos ladrones intentaron robar en el chalé del entrenador Gennaro Gattuso, en la urbanización Campolivar en Godella, mientras el técnico italiano dirigía al Valencia en un partido contra el Cádiz en Mestalla. El sistema de alarma instalado en el chalé, con cámaras de vídeo y sensores de movimiento, y dos perros guardianes ahuyentaron a los delincuentes.
Las urbanizaciones cercanas a la Vallesa suelen sufrir oleadas de robos cada cierto tiempo. Ante la falta de policías y guardias civiles para vigilar hasta un millar de chalés, como sucede en algunas zonas residenciales, los agentes optaron en 2011 por dejar las luces prioritarias encendidas de los vehículos policiales en puntos estratégicos y cambiar su posición con cierta frecuencia. Con este ardid policial simulaban la existencia de más patrullas y ahuyentaban a los ladrones con las luces azules que tanto recelo infunden a los delincuentes.
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