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Un coche de la Policía Nacional junto al complejo policial de Zapadores. Iván Arlandis

La víctima de la violación grupal de la Malvarrosa declara que no pidió ayuda porque sintió «mucho miedo»

La joven de 18 años ratifica ante la jueza su denuncia y afirma que no gritó para pedir auxilio porque pensaba que si lo hacía le pegarían una paliza

J. Martínez

Valencia

Viernes, 24 de noviembre 2023, 18:34

La víctima de la violación grupal de la Malvarrosa ha ratificado en el juzgado los hechos relatados en su denuncia por agresión sexual contra tres jóvenes. La chica de 18 años ha prestado declaración este viernes ante la magistrada que instruye la causa y ha contestado las preguntas que le han formulado la jueza, su abogado y el letrado de los presuntos violadores.

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Como ya informó LAS PROVINCIAS, los hechos sucedieron sobre las cinco de la madrugada del pasado 28 de octubre (sábado) en un solar a escasos metros de la discoteca Akuarela y el cuartel del Grupo de Reserva y Seguridad (GRS) de la Guardia Civil.

Los agentes de la Unidad de Familia y Mujer (UFAM) de la Policía Nacional, que se hicieron cargo de las investigaciones, detuvieron a tres jóvenes por un delito de agresión sexual, pero solo ingresó en prisión uno de ellos.

Los tres individuos tienen 23 años y cuentan con antecedentes policiales, dos de ellos por delitos sexuales. Aunque se acogieron a su derecho a no prestar declaración ante la Policía, uno de los detenidos admitió que había mantenido relaciones sexuales con la denunciante, pero afirmó que fueron con el consentimiento de la chica. Los jóvenes se entregaron a la Policía Nacional cuando se enteraron que los buscaba por la denuncia de una violación grupal.

La víctima conoció a sus agresores en la terraza del local de ocio y se dirigió con uno de ellos a la calle. Una cámara grabó cómo dos de los jóvenes salieron de la discoteca y se escondieron detrás de una autocaravana en actitud de espera en el cruce de las calles Astilleros y Vicent Guillot Tío Bola.

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Uno de ellos mantuvo luego una conversación con su teléfono móvil, y dos minutos después llegó otro de sus amigos en compañía de la víctima, con la mano sobre el hombro de la chica, y se apoyaron sobre una furgoneta.

Segundos más tarde, el individuo llevó a la víctima al lugar donde se habían ocultado los otros dos jóvenes y permanecieron juntos un espacio breve de tiempo. Luego se unió al grupo el cuarto implicado y unos minutos después comienza, al parecer, la agresión sexual con movimientos de los jóvenes investigados compatibles con penetraciones, según el análisis de las imágenes grabadas por la cámara.

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Los individuos rodearon a la víctima junto a la parte trasera de la caravana, tal y como denunció la chica y también se aprecia en las imágenes grabadas por la cámara, y luego dos de ellos entraron con ella en la parte trasera de un Mercedes. Otro de los investigados se quedó fuera en actitud de espera y el cuarto se marchó corriendo.

En sus declaraciones ante la Policía y la jueza, la víctima manifestó que sintió mucho miedo cuando la forzaron y que no gritó para pedir auxilio, porque pensaba que si lo hacía le pegarían una paliza. Escuchaba lo que hablaban sus agresores, pero no pudo ver sus caras. «Ahora te toca a ti», dijo uno de los individuos, pero la joven desconoce si se referían al consumo de droga o a la agresión sexual, porque no veía nada. Estaba con la cabeza bajada todo el tiempo después de que los jóvenes la sujetaran por el cuello y la empujaran contra la parte trasera de un vehículo.

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La declaración de un testigo que presenció lo ocurrido desde lejos, un guardia civil que estaba junto a una ventana del cuartel, no ayuda a esclarecer los hechos. El agente asegura que no vio a la víctima ofrecer resistencia ni pedir ayuda a un grupo de jóvenes que se encontraban a escasos metros, y por ese motivo no acudió en auxilio de la chica ni sospechó en ese momento que podría tratarse de una violación en grupo.

Sin embargo, la denunciante ha ratificado este viernes ante la jueza su versión de que no pidió ayuda por miedo y que dijo varias veces a los agresores que no quería mantener relaciones sexuales con ellos. Un guardia civil que auxilió a la víctima ha declarado también en el juzgado como testigo.

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Dos de los detenidos se opusieron a que la Policía Científica les tomara sendas muestras de ADN para cotejarlas con los restos biológicos hallados en la ropa de la víctima. Uno de ellos es el joven que ingresó en prisión.

Los investigadores identificaron a un cuarto joven, un menor de edad, que habría participado en la violación grupal y que se encuentra en paradero desconocido. La Policía Científica remitió al Laboratorio Territorial de ADN varias pruebas del caso para tratar de obtener los perfiles genéticos de todos los agresores. Las muestras fueron extraídas de la ropa que llevaba la víctima y de globos desinflados que los implicados tiraron al suelo tras inhalar el conocido como 'gas de la risa'.

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