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Nadie está libre de tener un asesino en casa. La mente humana es muy compleja. ¿Cuántas veces hemos escuchado esa frase? Pero es verdad. El cerebro sigue siendo un órgano enigmático con muchos secretos por desentrañar. Delirios transitorios, alteraciones afectivas y de conducta, alucinaciones, manías persecutorias o brotes de esquizofrenia acaban muchas veces en tragedia. Los diagnósticos de los forenses se repiten en la mayoría de los juicios a parricidas que apuñalaron, estrangularon o golpearon hasta la muerte a un ser querido. Desde el año 2000, 52 personas (21 hombres y 31 mujeres) han perdido la vida a manos de sus hijos en la Comunitat Valenciana.
La lista de crímenes comienza el 5 de junio de 2000 en Moncada, cuando un chico de 15 años mató de 14 cuchilladas a su madre, y termina el 8 de febrero de 2022, la fecha del triple crimen de Elche. El parricida de Moncada llevaba varias semanas sin ir al colegio, recibía tratamiento psicológico y había intentado suicidarse un mes antes del crimen. El menor que mató a disparos a sus padres y a su hermano de 10 años en la pedanía ilicitana de Algoda estaba enganchado al videojuego 'Fortnite', no le habían diagnosticado ninguna enfermedad mental y nunca había protagonizado incidentes violentos, según sus familiares y compañeros de clase.
Cada crimen tiene un detonante o unas circunstancias que investigan la Policía o la Guardia Civil, pero se repiten patrones de comportamiento destructivo, tal vez, por un efecto imitación o por otras razones que tratan de determinar los expertos en psicología clínica.
Pocas semanas después de que José Rabadán matara con una catana a sus padres y a su hermana en el año 2000 en Murcia, dos adolescentes asesinaron a una amiga, asestándole 32 puñaladas, en la localidad gaditana de San Fernando. Días antes, las dos menores habían escrito y enviado cartas al triple parricida de Murcia. Querían ser como él y saber qué se sentía al matar. La notoriedad que Rabadán llegó a tener en los medios de comunicación provocó una atracción fatal en dos chicas de 16 y 17 años.
Sergio Ferrer también utilizó un sable japonés para asesinar a su padre el 16 de septiembre de 2007 en su casa en Catarroja. Varias horas después, el joven recogió a su madre en el salón de bodas donde trabajaba, la acompañó al domicilio familiar y la mató con la misma catana.
Días antes, el parricida había enviado dos correos electrónicos a un supuesto sicario para encargarle el doble crimen e incluso le pagó 4.000 euros como anticipo. El individuo se hizo pasar por un asesino a sueldo en internet para estafar a Ferrer y no cumplió lo que habían pactado. Tras el engaño, el joven decidió cometer los asesinatos y simuló un robo en su casa.
El cuchillo es el arma utilizada con mayor frecuencia por los parricidas, aunque también estrangularon, golpearon o dispararon. Tras un arrebato, los homicidas se valen de lo que tiene más a mano, y lo más fácil de conseguir un cuchillo en la cocina. El 15 de septiembre de 2018, un hombre de 44 años mató a puñaladas a sus padres y a su hermano en Alicante. También murieron por heridas de arma blanca una mujer de 85 años y un hombre de 76 años en Aldaia. Los dos crímenes fueron perpetrados en menos de 15 días durante la pandemia tras un posible efecto imitación, al menos, en el segundo asesinato.
Como ya decía Gabriel Tarde en el siglo XIX, «las epidemias infecciosas se propagan con el aire o el viento, pero las epidemias del crimen siguen la línea del telégrafo». La oleada de parricidios en la Comunitat Valenciana con grandes similitudes y diferencias parece dar la razón al criminólogo y sociólogo francés, aunque ahora las noticias sobre asesinatos se difunden más rápido en internet sin códigos cifrados.
Un adolescente mató a su madre con un cuchillo de cocina cuando ambos se encontraban solos en la vivienda. El adolescente, que asestó 14 puñaladas a la víctima salió luego a la calle con las ropas ensangrentadas y caminó hasta encontrar una patrulla de la Policía Local, a quienes confesó lo que había hecho.
Un joven de 23 años decapitó a su madre y luego colocó la cabeza sobre una estantería junto a sus apuntes de Derecho Civil, varias fotos familiares y dos velas. El homicida había discutido con su progenitora porque le exigía que estudiara más. Aceptó ser recluido en un centro psiquiátrico durante 15 años.
Otro hombre atravesó el umbral que separa la demencia y el parricidio. El enfermo mental estranguló a su madre con la cuerda de una persiana en la ciudad de Alicante.
Un joven argentino mató de varias puñaladas a su padre en la localidad. El autor del crimen sufría brotes psicóticos, según el forense que lo examinó.
Un dentista mató a cuchilladas a su madre y luego se suicidó. El parricida padecía ataques de ansiedad y estaba obsesionado con el supuesto secuestro de su mujer, un rapto que sólo existía en su mente enferma.
Los agentes de la Policía Local detuvieron al hijo de la fallecida un mes después cuando éste confesó la autoría del crimen. El hombre, según la investigación, ahogó a la anciana con sus propias manos. Madre e hijo compartían domicilio. El arresto del parricida se produjo después de que un hermano de éste, residente en Madrid, alertara a los agentes de que «hacía días» que intentaba sin éxito contactar con su madre y su hermano.
Tras una intensa discusión, el acusado pasó toda la noche tratando de reflexionar sobre la necesidad de poner fin a la convivencia con su madre tras lo que la estranguló. Según la sentencia, el condenado padecía un trastorno mixto de la personalidad, con ansiedad, depresión e impulsividad superiores a la población media. Fue condenado a una pena de 11 años y tres meses de prisión.
Un hombre de nacionalidad sueca asestó una puñalada a su padrastro en el muslo que le seccionó la femoral y le causó la muerte inmediata. Según fuentes cercanas a la investigación, en el interior de la vivienda se encontraba la víctima, su mujer y el hijo de ésta, el presunto parricida, al parecer aquejado de una esquizofrenia. Los tres cenaron e ingirieron algo de alcohol. Por causas que se desconocen, el joven y su padrastro se enzarzaron en una discusión que fue adquiriendo unos tintes más que agresivos.
Sobre las doce menos cuarto de la noche, el joven se encontraba en su vivienda con su padre a quien golpeó por todo el cuerpo y luego apuñaló con un sable, un arma decorativa que se encontraba en la casa. Horas más tarde, entre las una y media y las dos de la madrugada, Leonardo falleció de un «shock» traumático. Todavía en el interior de la vivienda, el parricida se apoderó de diferentes joyas y objetos de valor de sus padres, los metió en una bolsa de plástico y los trasladó a un local situado en la calle de la Libertad en Catarroja, propiedad de sus progenitores, donde los ocultó detrás de una cámara frigorífica. Según el relato de los hechos que hace el fiscal, sobre las cuatro y media de la madrugada, el parricida acudió al restaurante donde trabajaba su madre en Albal para recogerla y acompañarla hasta el domicilio familiar. Una vez en la casa, esgrimió el mismo sable y la agredió en cabeza y los brazos.
El homicida telefoneó dos veces a la Policía Local y dijo: «Venid aquí, porque he matado a mi padre. Cuando los agentes entraron en la casa ya había sangre en la entrada. No tardaron en encontrar a la víctima, que yacía ensangrentada. Al parecer, había sufrido varios golpes en la cabeza producidos con una maza de grandes dimensiones.
Un hombre de 52 años de edad mató a su madre en un domicilio de Valencia tras sufrir un brote psicótico. La víctima murió estrangulada.
En un principio, se barajó la posibilidad de que el hombre se hubiera suicidado. Sin embargo, la autopsia y las indagaciones practicadas descartaron esta opción y apuntaron a su hijo como principal responsable de los hechos. El supuesto homicida, un toxicómano con numerosos antecedentes policiales, fue arrestado sobre las siete de la tarde en la plaza de la Virgen, en pleno centro de Valencia.
Un horrendo crimen dejó helados a los vecinos de la calle Doctor Sumsi de Valencia. Un hombre acabó con la vida de su madre Ángeles al clavarle un cuchillo en el cuello. Al parecer, y siempre según la versión de los vecinos, el presunto autor del crimen padecía esquizofrenia. Los hechos ocurrieron alrededor de las cinco y media de la tarde, en el número 14 de la citada vía. Los vecinos del edificio escucharon una fuerte discusión entre Vicente José y su madre. El enfrentamiento estuvo acompañado de un tremendo estrépito. «He oído cómo tiraban objetos contra las paredes», explicó una vecina de la finca. El homicida también arrojó al patio interior una bombona de butano, diversos enseres e incluso una ventana. Temerosas, las personas que oyeron el altercado llamaron a la Policía Local.
Un hombre mató a su padre a golpes con un bate de béisbol y a su madre aplastándole la cabeza con un televisor. Al poco tiempo, fue localizado en las inmediaciones de la vivienda con el torso desnudo, ensangrentado y en un estado de «gran» nerviosismo. Fue internado en el psiquiátrico penitenciario de Alicante.
El parricida mató a su madre de dos disparos en el pecho y posteriormente se quitó la vida de un tiro provocando a su vez una importante deflagración, al encerrarse en el baño con varias garrafas de gasolina. El presunto parricida tenía problemas mentales con brotes psicóticos.
Un delirio se había apoderado de la mente de José Luis. El parricida estaba obsesionado con un falso temor. Creía que su padre echaba un polvo tóxico en la leche y el agua para envenenarle. Una idea que no paraba de atormentarle. La supuesta perturbación mental le empujó a acuchillar hasta la muerte a su progenitor. El asesino, que sufría una enfermedad mental, huyó tras forcejear con su madre, lavar el arma homicida y salir andando de la casa.
Los hechos sucedieron en el domicilio en el que un hombre convivía con su madre, cuando se produjo una discusión entre ambos durante la que el condenado empujó fuertemente a la víctima, que cayó al suelo de espaldas y se golpeó mortalmente la cabeza contra el suelo. Más tarde la descuartizó. Fue condenado a diez años y tres meses de prisión.
Tras escaparse del centro psiquiátrico de Sueca donde estaba ingresado, acabó con la vida de su progenitora tras degollarla con un cuchillo. El homicida estaba obsesionado con el dinero y la herencia que recibiría de su anciana madre.
Una mujer acabó con la vida de su propia madre en una vivienda de la calle Germans Pellicer. Los hechos ocurrieron poco antes de las diez de la noche. La agresora mató a golpes a su madre con un palo de unos 35 centímetros. Al parecer, la anciana y su hija habían discutido días atrás por un coche que habían comprado.
La Policía Local de Alicante detuvo de madrugada a un vecino de la ciudad que, unas horas antes, propinó una brutal paliza a su anciano padre con una barra de hierro. La agresión, que se produjo en el domicilio familiar y en presencia de la madre del ahora arrestado, dejó a la víctima en situación de muerte cerebral.
Una vivienda enclavada en una de las múltiples veredas que pueblan esta zona de huerta, que linda con la vecina Región de Murcia, sirvió de trágico escenario al doble parricidio. Allí, en el llamado Carril de Lo Román, cerca de la Vereda de Buenavida, un joven mató a cuchilladas a sus padres y horas después se quitó la vida en una finca de la familia situada en la pedanía murciana de Sucina, a escasos kilómetros.
Un hombre fue detenido tras degollar a su madre. Los servicios de urgencia se presentaron en la casa donde se encontraba la víctima, pero no pudieron hacer nada por salvarle la vida. La víctima trabajaba con limpiadora en la vivienda donde fue hallada muerta y a la que, al parecer, su hijo habría acudido con la intención de robar.
Un joven mató a su madre de más de 30 puñaladas en un domicilio familiar y quemó después la vivienda para simular que había fallecido en un incendio. Fue condenado a 21 años de cárcel por un delito de asesinato y otros 6 por un delito de incendio.
Un hombre de 37 años mató a cuchilladas a su hijo de siete años y a su hijastra de 14 en una casa de campo de La Vila Joiosa. El asesino acabó también con la vida de su madre. Luego prendió fuego a la vivienda y se suicidó. Los investigadores creen que la mujer de 64 años intentó proteger a sus nietos y se enfrentó a su hijo.
Una mujer de nacionalidad china mató a cuchilladas a su madre y a su sobrina. El doble crimen se produjo por la mañana en el domicilio familiar, situado en la calle Tomás de Villarroya, donde la acusada residía junto con sus padres. Broncas constantes en presencia de dos niñas de corta edad. En este delicado contexto familiar se gestó una bomba de relojería que estalló.
Un hombre a engrosar la lista de víctimas de muerte violenta, en este caso, en el ámbito doméstico. Su hijo le mató con un cuchillo y después llamó a la Policía para entregarse. Confirmaron fuentes policiales que el homicida confeso padece esquizofrenia.
Un enfermo mental acabó con la vida del ser querido que lo cuidaba. Un esquizofrénico fue detenido por matar a golpes a su padre, un taxista jubilado, en el chalé donde ambos residían en la urbanización Santo Espíritu en el término de Gilet.
Un padre y su hijo murieron al sufrir heridas por arma blanca en un disputa familiar entre ambos. El hijo habría agredido a su padre con un cuchillo de cocina de grandes dimensiones en varias ocasiones y posteriormente se habría lesionado en el cuello, lo que le provocó la muerte.
El hombre acudió a Real desde Mallorca para pasar el fin de semana. Tras consumir alcohol en un bar en cantidades que dijo no recordar, se presentó en su casa y propinó una paliza a su progenitor que acabó con su vida.
Una mujer mató a su padre a cuchilladas tras una discusión en el domicilio familiar en la localidad El crimen tuvo lugar en una vivienda situada en la carretera de Rocafort, donde residían la víctima y su hija.
Un hombre mató por la tarde a su padre al asestarle una cuchillada en el cuello tras una discusión en el domicilio familiar en la calle Ingeniero José Sirera, en el barrio de San Marcelino en Valencia. Los agentes encontraron un machete de grandes dimensiones en la mesa del comedor. El arma blanca estaba manchada de sangre. La víctima yacía en el suelo. La esposa del hombre fallecido y madre del parricida, sufrió una crisis de ansiedad.
Un hombre mató a sus padres de varios tiros. Ambos fueron abatidos a disparos por el menor de sus cuatro hijos, un hombre con una discapacidad y adicción a las drogas que presuntamente usó la escopeta de caza de su progenitor para perpetrar el crimen.
Un joven mató a su madre a cuchilladas e hirió al compañero sentimental de esta en una vivienda de la calle Gabarda en la pedanía valenciana. El doble apuñalamiento tuvo lugar sobre la una de la madrugada en el domicilio de la víctima. El parricida intentó suicidarse dos veces y esperó a la policía en la puerta del edificio.
La Policía Nacional detuvo en junio en Granada al hombre que estaba siendo buscado desde el 30 de mayo por haber matado a su madre en su domicilio de Elche. La víctima fue encontrada con signos de violencia en su domicilio y desde el hallazgo del cadáver se buscaba a su hijo como presunto autor del crimen. El asesino según la propia familia tenía problemas de drogadicción.
Un hombre con antecedentes policiales mató a cuchilladas a su padres y a su hermano en el domicilio familiar y unas 30 horas después llamó al teléfono de emergencias 112 para alertar de que su hermano estaba herido y sangraba abundantemente.
El parricida acudió semidesnudo a la estación de tren para pedir ayuda porque decía que lo habían secuestrado y la Guardia Civil lo arrestó tras descubrir el cadáver de la mujer. Al parecer, fueron unos vecinos quienes dieron la voz de alarma al ver el cuerpo ensangrentado de la mujer.
La joven declaró que se arrodilló junto a su progenitora, le bajó el cuello del jersey y le cortó la garganta. Las discusiones eran frecuentes en el hogar porque la madre no aceptaba al novio de su hija, un chico de 17 años, que también fue detenido por el crimen.
Una mujer murió por la noche acuchillada por su propio hijo. El joven también hirió con el arma a su padre en el cuello antes de escapar con un coche hasta Alicante, donde fue arrestado al cabo de dos horas.
Un hombre fue detenido después de, presuntamente, matar por degollamiento a su padre. Los vecinos escucharon gritos y dieron la voz de alarma a la policía local, que fue la primera en llegar al lugar y que inmovilizó al supuesto parricida cuando trató de emprender la huida.
El joven agredió con un arma blanca a su madre, de nacionalidad moldava pero con pasaporte rumano. El hijo agredió a su progenitora con un cuchillo de cocina tras una acalorada discusión.
Un hombre mató a su madre, enferma de Alzheimer, en su casa y posteriormente se suicidó al arrojarse al vacío desde la terraza de vivienda.
El hombre degolló con un cúter a su madre, asestó otra puñalada a su padre en el cuello y luego se escondió en la azotea de la vivienda familiar donde sucedieron los sangrientos hechos.
El parricida le asestó varias puñaladas en la casa que ambos compartían en el barrio del Cristo tras sufrir un brote psicótico. Tras cometer la barbarie, fue él mismo quien cogió el teléfono y llamó al 112 para comunicar que había matado a su madre.
Un hombre mató a cuchilladas a su padre y luego acudió con las manos ensangrentadas al retén de la Policía Local para confesar el crimen. Los trágicos hechos ocurrieron sobre la una de la madrugada en el domicilio familiar en la calle de la Saleta.
Un joven mató a su padre en su piso tras una fuerte discusión. Los hechos ocurrieron sobre las 21.40 horas en el domicilio en el que se residían en la calle Santa Teresa de esta localidad de l'Horta Nord. Al parecer, padre e hijo, de nacionalidad ucraniana, se enzarzaron en una disputa y una sola puñalada bastó para que el vástago acabara con el vida de su progenitor.
Un castigo por las malas notas ha sido el detonante del supuesto asesinato de un matrimonio y su hijo a manos del otro hijo de la familia, un adolescente, todos ellos de nacionalidad española. Según confirmaron fuentes policiales a LAS PROVINCIAS, la madre del menor le retiró la videoconsola como reprimenda por las malas notas obtenidas. Al parecer también le cortó el acceso al wifi en su teléfono móvil. Y la violencia se desató por el castigo.
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